Por tierra y aire y con cámaras, los incendiarios estarán este año todavía más vigilados que en campañas pasadas. "Quemar el monte es un delito que se persigue", advirtió el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, antes de la reunión del Comité Integrado de Prevención de Incendios de Galicia (Cipig). Este año el operativo de control, según avanzó, incluirá diez drones que estarán "permanentemente en el aire", sobre todo, en "zonas de alto riesgo".

Acompañado del conselleiro de Medio Rural, José González, antes de participar en la reunión a la que también asistió de manera telemática el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada; Rueda advirtió a los potenciales incendiarios de que este año "la vigilancia se intensificará todavía más, si cabe".

El encuentro se celebró coincidiendo con el arranque de la campaña de alto riesgo de incendios, que se prolongará, en principio, hasta el 30 de septiembre. El operativo contará con unos 7.000 profesionales en su pico máximo y más de 300 vehículos. "Cualquier persona que quiera prender fuego que sepa que estará permanentemente vigilad", insistió Rueda, al tiempo que manifestó su confianza en mantener las "buenas cifras" de "varios años anteriores" en cuanto a la superficie quemada.

Por su parte, el delegado del Gobierno destacó que en la actual campaña contraincendios habrá la "presencia fija de más de una decena de medios aéreos del Ejecutivo" en Galicia, "además de en torno a otros 80 disponibles si es necesaria su presencia".