La cita electoral del próximo domingo cuenta, a ojos de los electores, con tres escalafones entre los competidores por lograr el mayor número de diputados y abanderar así un gobierno de la Xunta. Por un lado, un tridente compuesto por Alberto Núñez Feijóo (PP), Gonzalo Caballero (PSdeG) y Ana Pontón (BNG), los únicos que logran aprobar la valoración ciudadana y superar el 80% de conocimiento. Por otro, Antón Gómez-Reino (Galicia en Común-Anova-Mareas), que logra un 4,4 de nota y una notoriedad del 45,7%. Finalmente, en el furgón de cola se sitúan Beatriz Pino (Ciudadanos) y Pancho Casal (Marea Galeguista), con un conocimiento entre la población del 23% y unas notas medidas de 4,3 y 4,4, según la encuesta de Gesop para LA OPINIÓN.

El sondeo indica que Feijóo, que acumula 11 años como presidente de la Xunta y en 2003 fue nombrado ya conselleiro por el entonces titular del Ejecutivo, Manuel Fraga, es conocido por casi todos los gallegos. Su nivel de notoriedad es del 99,3% y alcanza la mejor valoración de los seis candidatos sobre los que Gesop ha preguntado: un 5,9.

El líder del PP recibe un 8,1 de quienes eligieron sus siglas en 2016, pero destaca también que roza el aprobado por parte de los electores socialistas, que le otorgan un 4,8. En el resto de la izquierda, su nota oscila entre el 3,5 y el 3,4.

Sin embargo, la distribución de sus calificaciones difiere bastante en cuanto a las provincias, en sintonía con los resultados obtenidos por el PP hace cuatro años. En Pontevedra Feijóo logra su peor nota, con un 5,5 tras cuatro años de enfrentamientos, por ejemplo, con el alcalde de Vigo, Abel Caballero. La siguiente peor nota la alcanza en A Coruña, con un 5,9. En 2016, en ambas provincias logró el 43% y el 47% de los votos, respectivamente. En ningún candidato se registra una diferencia provincial tan alta como en Feijóo.

El interior de Galicia, con menos entornos urbanos, es el gran caladero electoral del PP. En 2016 obtuvo el 52,8% de votos en Lugo y el 53,1% en Ourense. En la primera logra un 6,1 y en la segunda, un 6,4.

Gonzalo Caballero sigue a Feijóo en cuanto a conocimiento poblacional, aunque con 10 puntos menos. Obtiene un 89%, pese a ser el 12-J su debut electoral como candidato a la Xunta, y un aprobado clavado entre los encuestados (5).

La encuesta refleja la competición por liderar la alternativa de izquierda al PP entre el candidato socialista y la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón. Esta pierde en nivel de notoriedad (80,4%), pese a que lleva en el Parlamento 16 años, pero supera al primero en calificación: 5,6.

La clave de sus resultados dependerá, a tenor del sondeo, del trasvase de votos de quienes optaron hace cuatro años por En Marea, proyecto que saltó por los aires y que ha derivado en dos papeletas: las coaliciones Galicia en Común y Marea Galeguista. La primera de ellas, que aglutina a Podemos, Anova y Esquerda Unida, solo recoge el 18% de sus antiguos votantes. La valoración de los ciudadanos da pistas sobre las predilecciones de esa bolsa de papeletas, pero también sobre los trasvases entre la izquierda.

Pontón logra un 7,4 de nota entre los suyos, pero es que aprueba y, con nota, entre el resto de votantes de izquierda: un 6,9 de quienes optaron por En Marea y un 5,8 de los votantes socialistas.

Sin embargo, Caballero aprueba entre los votantes de En Marea (5,3), pero no entre los del BNG (4,8). Entre los suyos recibe un 6,4.

Galicia en Común se nutre de los grandes impulsores hace cuatro años del partido instrumental En Marea. Su candidato, Antón Gómez-Reino, es parlamentario en el Congreso de los Diputados desde hace cuatro años y lidera Podemos en Galicia. Sin embargo, participa por primera vez en unos comicios autonómicos con un lastre respecto a los candidatos de PSdeG y BNG, con los que ya ha dejado clara su sintonía para ponerse de acuerdo en impulsar un gobierno de izquierdas: su escaso grado de conocimiento.

Apenas el 45,7% de los encuestados conoce a Gómez-Reino, que obtiene una nota media del 4,4. De nuevo, como sucedió en 2016, el autoproclamado espacio rupturista, que desde su llegada al Gobierno central en coalición con el PSOE elude esa definición tan utilizada desde su nacimiento, cuenta con el hándicap de un liderazgo novedoso.

Sucedió en 2016, cuando En Marea presentó a Luís Villares, juez que hoy ha abandonado la política, pocas semanas antes de la celebración de los comicios. Eso no impidió que esa lista lograse 14 diputados y superase ligeramente al PSdeG en votos, aunque aquel sorpassito les supo a poco. Desde entonces, las crisis internas han minado su espacio electoral, causando no solo el adiós de Villares, sino la pérdida de las tres alcaldías del cambio (A Coruña, Santiago y Ferrol) logradas para las mareas en 2015 y que simbolizaban su irrupción en política.

Esa implosión genera datos que evidencian la crisis de este espacio político, a los que la encuesta encargada por LA OPINIÓN atribuye dos escaños el próximo domingo. Gómez-Reino recibe peor valoración que Ana Pontón entre su caladero electoral, es decir, entre quienes optaron por la papeleta de En Marea hace cuatro años: 5,8 frente a 6,9. El resto suspende al candidato de En Común: 3,8 de quienes eligieron al PP, 4,6 de socialistas y 4,6 de nacionalistas.

Algo similar sucede en el grado de notoriedad. Gómez-Reino apenas es conocido por el 65,2% de quienes votaron a En Marea en 2016 y por el 58% de los que eligieron al BNG. El porcentaje cae al 48,3% entre socialistas y al 42,5% entre populares.

El último escalafón lo ocupan Pino y Casal. La primera fue elegida diputada del Congreso en abril del año pasado, pero la repetición electoral la dejó sin asiento. Casal, sin embargo, ha sido diputado durante cuatro años por En Marea. Entre sus votantes recibe peor nota (4) que Pontón, Caballero y Gómez-Reino.