Lugo es la otra provincia donde el PP podría reforzar su mayoría absoluta añadiendo un escaño más al zurrón. Pasaría de ocho a nueve, aunque la pelea está con el BNG por su tercer diputado, ya que el segundo de los nacionalistas se daría por asegurado, mejorando ampliamente los resultados obtenidos en 2016, cuando el Bloque solo pudo hacerse con un acta en el Parlamento autonómico.

Los socialistas, por su parte, se quedarían como están, con tres escaños, en la única provincia en la que los sondeos no le dan variación alguna en relación a hace cuatro años.

Los populares se mantienen, y con diferencia, como la primera fuerza política en esta circunscripción y aunque solo ganarían ocho décimas más de apoyo en las urnas -para situarse en el 53%-, podría se suficiente para sumar el noveno escaño.

El PSdeG-PSOE conservaría la segunda posición con un 19,8% de respaldo en las urnas y tres diputados, según la encuesta realizada por Gesop, pero podría ver cómo se le acerca el Bloque, que de tener un representante en el Parlamento gallego, la encuesta le pronostica ahora dos o tres.

Los escaños que sumarían el PP y el Bloque -o bien solo los nacionalistas- procederían de lo que fue En Marea, que se hizo en las anteriores elecciones con dos representantes.

Galicia en Común se quedaría en blanco y con un respaldo electoral por debajo del 4%. Porque el 40% de los que votaron a En Marea en 2016, ahora darían su apoyo al Bloque y un 15% al PSOE. Pero mientras el BNG sería capaz de mantener en sus filas a los anteriores votantes, los socialistas verían como el 14% de sus papeletas se le escapan hacia los nacionalistas, y otro 12,6%, hacia el PP.