La noticia sentó como un jarro de agua fría a los militantes y el ambiente festivo del mitin decayó ligeramente. Hasta se marchó parte del personal de seguridad. El avión del presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, sufrió una avería (un pinchazo en una rueda) y no pudo despegar desde Madrid para apoyar al candidato socialista a la Xunta en el cierre de campaña en Vigo en el auditorio de Castrelos, donde este año no habrá conciertos ni estrellas de rock. En su lugar, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y el alcalde de la ciudad olívica, Abel Caballero, arroparon al aspirante a evitar una cuarta legislatura del Partido Popular. En su último acto de campaña, Gonzalo Caballero proclamó: "Galicia necesita un cambio y el único cambio con garantías es el PSdeG".

En una jornada maratoniana, Caballero arrancó el día en Lugo, lo siguió en Pontevedra y lo cerró en la ciudad olívica con la ausencia destacada y de última hora de Pedro Sánchez, que se disculpó con los socialistas: "Lamento no poder viajar por una avería técnica en el avión para estar apoyando a los compañeros del PSdeG, apoyando a nuestro candidato Gonzalo Caballero. Hagamos que Galicia avance el 12-J. ¡Llenemos las urnas de votos socialistas". Ábalos, su sustituto en la tarde de ayer (ya había acompañado al candidato en la capital de provincia), contagiado por la retranca gallega ironizó: "Me llamó el presidente para contarme lo de la rueda del avión. No es la primera vez que le pasa, ni la segunda...".

Aunque seguro que lamentó el infortunio de su líder, Caballero levantó el ánimo de la camadería con un discurso más aireado que en otras ocasiones. Ante un aforo de unas 900 personas, y seguramente por miedo a una posible remontada y fuga de votos socialistas al BNG, tal y como apuntan las encuestas, anunció que se ve "más listo" y "más fuerte" para gobernar que nunca. Proclamó en repetidas ocasiones que "Galicia no es Feijóo" y que el "único cambio de garantías es el del PSdeG", una formación de la que confesó estar "orgulloso", ya que él "no esconde sus siglas".

"No todos somos iguales. Aquel que recortó en sanidad y se opuso al estado de alarma no está capacitado para gobernar", esgrimió el que pretende mejorar los resultados socialistas de 2016 (14 escaños). Pero eso fue solo un aperitivo: "Estoy harto de salir a la calle a quejarme de lo que hace el PP. Feijóo es parte del problema, no es la solución. O acertamos el domingo o nos lamentaremos cuatro años".

El aspirante socialista cerró su último discurso de campaña dominado por el espíritu del exseleccionador español Luis Aragonés pronunciando su ya clásico: "Ganar, ganar y ganar".

Antes intervino Ábalos, que ya lo había hecho en un acto en Pontevedra. El ministro de Transportes se dedicó a poner en valor la gestión de su partido durante la pandemia: "Los socialistas nos crecemos en los momentos difíciles. Para lo fácil está Feijóo, que se limita a comentar lo que otros hacen". Y prosiguió atizando al presidente de la Xunta y rival a batir: "Feijóo elude responsabilidades; la gestión siempre es de otros. No se compromete ni con su partido".

No faltó el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que se volvió a mostrar cansado de las "calabazas" de Feijóo a su ciudad y tiró un último cabo a su sobrino: "De navegar en Vigo sabemos mucho. Necesitamos izar las velas al viento e ir todos en la misma dirección. El rumbo se llama Gonzalo Caballero. El gobierno de la gente tiene su nombre".