La frialdad del cierre de campaña de Feijóo se ajustó no solo a la venteada jornada coruñesa, sino al ambiente generado por las medidas de seguridad contra el Covid. Sin abrazos ni aglomeraciones, con las sillas alejadas metro y medio, una campaña no parece una campaña. Sin embargo, tres elementos rompieron la escaleta de la organización popular: uno emotivo, otro humorístico y otro reivindicativo. El primero fue el gesto de Feijóo con su mentor político, el exministro de Sanidad José Manuel Romay Beccaría, que lo reclutó en los 90 cuando el de Os Peares acababa de entrar en la Xunta como funcionario. "Si he sido útil en esta pandemia, se debe a lo aprendido a gestionar la sanidad pública con el ministro Romay", le dedicó Feijóo.

El momento de humor llegó con las interrupciones de Toñito, el mayor forofo de Feijóo, que recordó que le sigue desde hace 11 años. Portaba un cartel con el lema: "Eres mi ídolo". La reivindicación la pusieron trabajadores de Alu Ibérica, que pedían a gritos una intervención de la factoría para mantener sus empleos. "El Gobierno de PSOE y Podemos los engañó", dijo Feijóo, que prometió reunirse con ellos tras los comicios.