La catástrofe podía haber sido mayor de no ser porque en Pontevedra los socialistas no solo resistieron sino que ganaron votos. Sumaron 14.000 papeletas respecto a hace cuatro años e incrementaron en casi cinco puntos su porcentaje de voto hasta el 23,12%. Esto se traduce en dos escaños más respecto a las elecciones autonómicas de 2016, siempre y cuando el escrutinio del voto de la emigración no les arrebate la sexta acta que aún está en liza con el PP.

Este incremento del respaldo electoral en Pontevedra contrasta con los 10.600 votos que perdieron en la provincia de A Coruña, los 6.700 de Lugo o las 400 papeletas menos de Ourense.

El PSOE en Pontevedra salva así los muebles y demuestra que el tirón del alcalde de Vigo, Abel Caballero, se mantiene intacto. En la ciudad olívica, el PSdeG quedó casi en empate técnico con el PP.

Estos resultados refuerzan el papel de la agrupación provincial de Pontevedra dentro del PSdeG y la convierten en clave en la recomposición que debería enfrentar el partido para recuperar apoyos.

Levantarse tras la caída electoral será complicado puesto que los socialistas quedan "debilitados" en el Parlamento autonómico, por detrás del BNG y de Ana Pontón que liderará la oposición. En sectores del partido lamentan además "un grupo parlamentario flojo" y dan por hecho que el relevo a Gonzalo Caballo no saldrá de O Hórreo. Algunos miran ya al ámbito municipal.