Si hace cuatro años el PP conseguía en las elecciones autonómicas reafirmar su mayoría absoluta con la recuperación de 15.000 votos en las urbes gallegas, en esta ocasión da un paso atrás para perder casi la misma cantidad, más de 13.000 papeletas, pero el fenómeno se explicaría por la elevada abstención, porque los populares gallegos han ganado puntos en porcentaje de apoyo de forma generalizada en casi todos los grandes municipios, según el escrutinio difundido por la Xunta, y además es la lista más votada en todas las urbes, pendiente todavía del escrutinio de los votos de la diáspora.

La única excepción a este fenómeno de crecimiento porcentual es Vigo, donde no solo rebaja los apoyos en números absolutos en la mayor cuantía de toda la comunidad respecto a los comicios de 2016, un total de 7.000, sino que también retrocede en porcentaje casi dos puntos. Pero incluso así, el PP gallego sigue situándose a la cabeza en votantes con casi un tercio de apoyos. Es también la ciudad gallega donde alcanza un porcentaje más reducido.

En general, la formación liderada por Alberto Núñez Feijóo consigue ubicarse con comodidad como favorita entre las explicitadas por los ciudadanos de las siete urbesAlberto Núñez Feijóo, y eso incluye también aquellas en las que gobiernan los socialistas y los nacionalistas, aunque estos últimos son los otros grandes beneficiados del examen del domingo, ya que han visto más que triplicar su presencia en toda la comunidad.

En lo que respecta al PP, en algunos casos, como en A Coruña, la diferencia entre los populares y los socialistas, que ostentan el bastón de mando, en manos de la regidora Inés Rey, supera las 31.000 papeletas a favor del partido conservador, mientras que en la ciudad de Vigo vuelve a observarse el fenómeno opuesto: las papeletas que convierten al PP en el ganador de la noche apenas superan las 700.

En el resto de las ciudades gallegas el PP mantiene una ventaja más holgada que la de Vigo sobre sus rivales. En Ferrol, por ejemplo, saca más de 7.800 votos al PSdeG, que también gobierna la ciudad a través de Ángel Mato, aunque con alianzas con el BNG y Ferrol en Común. En Santiago, la distancia que separa al PP del PSdeG es de más de 16.000 votos a su favor y, de hecho, es la segunda ciudad gallega, solo superada por Lugo, donde los populares suman un mayor porcentaje de avales: en la capital gallega alcanzan el 47,55% de los sufragios, 1,38 puntos más que en 2016, mientras en Lugo rozan el 51%, con más de cuatro puntos de incremento con respecto a los anteriores comicios autonómicos. En ambas urbes manda la corporación local el PSdeG, Xosé Sánchez Bugallo en Santiago y Lara Méndez en Lugo.

Pero la mayoría popular se reproduce asimismo en Pontevedra, donde gobierna con apoyos del PSdeG el BNG de Miguel Anxo Fernández Lores, o en Ourense, cuyo regidor, Gonzalo Pérez Jácome, de Democracia Ourensana, que gobierna con un pacto con el PP, anunció que votaría al de Os Peares en las autonómicas. En la ciudad del Lérez se impone con un 43,43% de sufragios, 1,38 puntos más que en 2016, y en Ourense llega al 45,76%, que supone 2,77 puntos más que hace cuatro años.

El PP, además, ha conseguido mejorar también sus cifras si la comparación se realiza con las últimas elecciones al Congreso, de noviembre del pasado año, aunque estas poco tengan que ver con las autonómicas. Con respecto a esos comicios, sube en porcentaje y en votos en todas las urbes y lo propio ocurre si los resultados del domingo se miden con los alcanzados por el PP en las municipales del año pasado, aunque en números absolutos experimenta una ligera pérdida de apoyos en Ferrol.

Otro de los grandes triunfadores del 12-J fue el BNG, que también, de forma similar a lo ocurrido en casi dos de cada tres concellos, ha sido aupado por los votantes de las ciudades hasta la segunda posición, excepto en el caso de Vigo, donde queda de tercera. La formación de Ana Pontón se hace con prácticamente uno de cada cuatro sufragios en todas las urbes, desde el tope, que logra en la capital gallega, donde alcanza el 28,61%, hasta el más reducido, en Ferrol, con un 21,48% de votos. En Lugo, Vigo y Ourense supera el 23%, mientras que en A Coruña pasa del 24%A Coruña y en Pontevedra, uno de sus bastiones, consigue un 27,5%, pero por debajo del porcentaje de la capital gallega.

En donde experimenta un incremento más sustancial es en Santiago, con casi 19 puntos porcentuales más que en 2016, mientras que es en la ciudad de Pontevedra registra el incremento más moderado, de 12,56 puntos. En todo caso, el BNG afianza su posición incluso en ciudades donde gobierna el PSdeG, como A Coruña, Ferrol, Santiago o Lugo. La ciudad de Vigo es otra excepción en la ascensión generalizada a subcampeona de electores del BNG. La formación liderada por Ana Pontón no ha conseguido desplazar al PSdeG de Abel Caballero del segundo puesto. De hecho, en esta ciudad, los socialistas sacan todavía al Bloque, pese que este incrementó su peso en apoyos en casi 17 puntos, más de 11.700 votos de diferencia.

La tercera protagonista de la noche electoral fue la coalición de Galicia en Común-Anova Mareas, cuyo líder, Antón Gómez-Reino, admitía un "fracaso sin paliativos" al no conseguir los apoyos para reunir al menos dos escaños, la cifra más baja que otorgaban las encuestas a una de las herederas del partido instrumental de En Marea tras las escisiones producidas en la última legislatura.

Entre esta formación y Marea Galeguista, otro de los vástagos surgido de la desintegración de En Marea, sumaron poco más de 54.000 sufragios y fueron barridos del mapa parlamentario. Ni siquiera en las ciudades en la que algunos de sus componentes, las mareas, lograron florecer y gobernar hasta el año pasado mediante los denominados "alcaldes del cambio", como A Coruña, Santiago y Ferrol, pudieron evitar la debacle.

Con respecto a los comicios de 2016, las dos candidaturas sumadas se dejan 93.000 papeletas en las siete grandes ciudades gallegas, casi ocho de cada diez de las emitidas a favor de En Marea en 2016 en las grandes urbes. Si solo se valoran las cifras de la confluencia de Podemos con Anova y Mareas, la liderada por Gómez-Reino, únicamente consiguen superar el 5% de la frontera de votos que limita el acceso al Parlamento en las ciudades de A Coruña y Ferrol (donde gobernaron las mareas) y Vigo, donde también experimentaron la mayor hecatombe al registrar una reducción de 21 puntos con respecto al dato de En Marea de 2016. Si se suman los votos de Marea Galeguista, testimoniales, el 5% también se superaría en Santiago, donde también lideraron la corporación municipal con Compostela Aberta.