Hacer un análisis de los resultados electorales cuando se gana es fácil. A los partidos no les cuesta encontrar argumentos. Pero otra cosa es dar con la clave cuando las urnas son adversas y ya no se diga cuando una formación, como Galicia en Común, desaparece del mapa político. La dirección nacional de Podemos, de momento, guarda silencio. Se ha emplazado, en fechas todavía por decidir, para realizar una "reflexión colectiva, con autocrítica" del batacazo, pero sin concretar en qué consistirá, y mientras tanto cierra filas en torno al liderazgo de Pablo Iglesias, al que pretende liberar de culpa. Sin embargo, los críticos de Podemos, muchos de ellos ya fuera de la formación, sí tienen claras las causas. Apuntan directamente a Iglesias como responsable y señalan, entre otras razones, la endogamia en que ha caído el partido morado, el presidencialismo de su máximo dirigente, el excesivo centralismo, la persecución de las opiniones diferentes o la pérdida de la transversalidad.

El exlíder del partido en Madrid, Ramón Espinar, no se muerde la lengua. Para él, cuanto más poder interno acapara la actual dirección, más desastrosos son los resultados electorales. "Endogamia, incapacidad para llegar a acuerdos, sectarismo, agresividad indiscriminada con los medios, expulsión sistemática de la disidencia y el talento, burocratización que impide desarrollar iniciativas locales, autoritarismo... La autocrítica es fácil de hacer", sentenció el también exsenador, para quien la dirección por su obsesión de controlarlo todo ha convertido Podemos "en un solar sin que nadie le moleste".

El cofundador Íñigo Errejón señaló como posible causa la estrategia seguida por Iglesias y los suyos de conformar las confluencias en base a alianzas de las fuerzas de izquierdas, en lugar de profundizar en el carácter populista y transversal que el exnúmero dos de Podemos siempre defendió, y que le enfrentó al secretario general.

De hecho, el ahora líder de Más País aseguró que ese Podemos que crearon en 2014 "ya no existe". "Existe una cosa que se llama UP y que tiene los resultados de siempre de IU", afirmó en Twitter.

El exlíder en Aragón, Nacho Escartín, que sigue formando parte de la dirección autonómica, defendió que, además de hacer autocrítica, es preciso "asumir responsabilidades" y, sobre todo, "definir cómo evolucionar para no repetir errores". "Los espacios del cambio no sirven si se piensan solo como un lugar en el que unas personas dirigen y gestionan", sostuvo.

Desde dentro de Podemos, el cofundador y hoy exdirigente, Juan Carlos Monedero, reaccionó a la derrota de su partido en las elecciones gallegas y vascas advirtiendo de que la formación "sigue sin dedicar el grueso de sus energías a lo que debe", que es "construir partido".

Los principales dirigentes de Podemos, por su parte, han guardado silencio, más allá de asumir, en palabras de Pablo Iglesias, una "derrota sin paliativos", y de emplazarse a realizar una "reflexión colectiva", con "autocrítica", pero sin concretar todavía en qué consistirá, ni las posibles causas del declive.

La portavoz de la ejecutiva de Podemos, Isabel Serra, evitó señalar causas concretas del batacazo y reivindicó la gestión de su secretario general y de la dirección estatal del partido, al recordar que esta fue "revalidada" en la Tercera Asamblea Ciudadana Estatal de mayo. "Acabamos de tener una asamblea ciudadana en Podemos que ha revalidado la dirección que tenemos actualmente", afirmó, al ser preguntado sobre si el liderazgo de Iglesias se ve cuestionado por estos resultados, y sobre si corresponde exigir responsabilidades a la dirección.

"Hay muchas causas, y eso es lo que nos toca hacer en Unidas Podemos, tener un debate y una reflexión colectiva para estar más fuertes en el futuro", dijo. El coordinador federal de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, tampoco fue más lejos. Asumió los "malos" resultados y llamó a "reflexionar colectiva y críticamente sobre ello".