Tras la victoria incontestable del PP en las elecciones del domingo, hay otro partido que también saborea las mieles del éxito. No tocará poder, pero el BNG ha obtenido un resultado histórico al triplicar los escaños de los anteriores comicios (19 diputados) y convertirse, de nuevo, en la formación que liderará la oposición. Esta escalada es además fruto de una expresión electoral ramificada por toda la comunidad y no solo de un determinado ámbito urbano o sectorial. Tanto es así que ha sido la candidatura más votada en 6 ayuntamientos y en otros 183 se ha erigido en la segunda formación con más apoyos. Es decir, casi dos tercios de los ayuntamientos gallegos han alzado al BNG como alternativa al todopoderoso PP. Hace cuatro años, los nacionalistas no fueron el partido más votado en ningún municipio y solo en 19 habían sido los segundos. La comparativa habla por sí sola del salto que ha protagonizado la formación de Ana Pontón, cuyo cuerpo electoral se ha reforzado a costa de las mareas y, en menor medida, del PSOE.

El despegue ha sido espectacular en la provincia de A Coruña. Si en 2016 solo fue segunda fuerza en nueve concellos, ahora lo es 78. También en Pontevedra el mérito es descomunal, al haber pasado de 4 a 40. A ello se suman las victorias -como primera candidatura con más respaldo- en Corcubión, Soutomaior y O Grove. Posición que se refuerza al comprobar los resultado del PSOE en estas dos circunscripciones, que fue el ganador en A Illa y Fornelos, y el segundo partido en votos en 17 ayuntamientos de Pontevedra y 14 de A Coruña.

En Ourense y Lugo la progresión de los nacionalista ha sido un poco menor. En la provincia ourensana el Bloque fue la candidatura más respaldada en Allariz, A Mezquita y Verea y la segunda más apoyada en otros 32 municipios, por los cuatro de 2016. Y en la de Lugo, de dos concellos como segundo partido ahora ha conseguido estos laureles en 33 ayuntamientos.

A ello se suma que el Bloque es el segundo partido en seis de las siete ciudades, siendo superado por el PSOE únicamente en Vigo, lo que da una idea más precisa de que la nueva base electoral de los nacionalistas resulta homogénea tanto en el ámbito urbano como en el rural.

No obstante, este ascenso del Bloque no debe ocultar que prácticamente toda la comunidad se ha teñido del azul corporativo del PP. Sus candidaturas han sido las más votadas en nada menos que 298 ayuntamientos -entre ellos las siete ciudades-, dejando solo 15 para que se los repartan el PSOE (9) y el Bloque (6), en los que además el PP fue la segunda formación con más respaldo social.

Por si esto dato es suficientemente clarificador, hay otro más que define a la perfección la fortaleza mostrada por los populares en los comicios del domingo. En 212 municipios, el 68% del total, consiguió más de la mitad de los votos depositados: 59 de ellos pertenecen a la provincia de A Coruña, 48 a la de Lugo, 73 a la de Ourense y 32 a de la de Pontevedra,

El PP calcó, en este cómputo, prácticamente los resultados de 2016, cuando también se hizo con más del 50% de los votos en los colegios electorales de 216 ayuntamientos. En algunos casos, que ya se han convertido en tradición, el dominio del PP es hasta abusivo. Ejemplo de ello son los municipios de Avión, Beariz y Quintela de Leirado, los tres en Ourense, donde los porcentajes de voto fueron del 86,55%, 85,84% y 84,89%, respectivamente. En otros 21 ayuntamientos, el apoyo también superó el 70%. Todos ellos, de ámbito rural.

El PSOE ha ganado un diputado con respecto a hace cuatro años (15), pero esta leve mejoría no llega para tapar la degradación de la imagen de los socialistas como opción política alternativa al PP. Hace cuatro años, aun empatado a escaños con En marea, el PSdeG fue la segunda formación más votada en 200 ayuntamientos por los 96 de la autodenominada izquierda rupturista. Hoy ese legado ha quedado reducido a poco más de la mitad, 115, a lo que suman otros nueve municipios -la misma cifra que en 2016- donde fue la candidatura ganadora.

El mayor descalabro se registró en la provincia de A Coruña, donde justamente los nacionalistas experimentaron su mayor salto. Hace cuatro años, eran la segunda fuerza en 48 concellos. Ahora lo son en 14. Además, es la única provincia donde no tienen ninguna lista ganadora. En la circunscripción de Pontevedra la caída también es importante. Son los primeros en A Illa y Fornelos, pero de 27 concellos donde eran segundos, ahora solo conservan esta condición en 17.

En Ourense de 72 concellos como segunda fuerza ahora pasan a 53 -lo que les permite seguir por encima del BNG- y tiene lista ganadora en otros cuatro: Entrimo -donde además superan el 50% de apoyo electoral-, Parada de Sil, Carballeda de Avia y Calvos de Randín.

En Lugo ganaron en tres ayuntamientos (Ribeira de Piquín, Negueira de Muñiz y Pedrafita) y de 53 donde eran alternativa al PP, ahora bajan a 31, quedando por detrás del Bloque.

En cuanto a los partidos minoritarios, el mejor resultado de Vox se consiguió en Ribeira, con el 5,1% de los votos; y el de Ciudadanos, con el 3%, en A Lama.