La crisis del Covid-19 golpeó los cimientos de todas las actividades económicas. No hay sector al que la pandemia no le pasase factura: ERTE, cese temporal del negocio, despidos, cierres, paro... Uno de los más afectados por el parón impuesto por el coronavirus es el mercado inmobiliario, que cuando empezaba a recuperarse del pinchazo de la burbuja en 2008 afronta una nueva etapa de números rojos, tal y como ya pronosticaba en abril la patronal gallega. Los datos de ventas de viviendas confirman las nada halagüeñas expectativas para la etapa post-Covid y colocan las operaciones en la comunidad en mínimos históricos para un mes de mayo. Las 861 ventas de pisos registradas en el quinto mes del año en Galicia, apenas 30 cada día, suponen un desplome de casi el 45% respecto a hace un año y tan solo representan el 3,8% de las transacciones totales en España -22.394- según datos recién publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Si la crisis sanitaria ha frenado la recuperación del sector en la comunidad, el embate del Covid en el resto de España ha sido todavía mayor, con una caída de las operaciones de compraventa en el conjunto del país del 53,7%.

Entre enero y mayo, en Galicia se entregaron las llaves de su vivienda a 5.952 compradores, un 20% menos que las registradas en el mismo periodo de 2019 -con casi 7.500 operaciones cerradas-. Es decir, en los primeros cinco meses de este año se perdió una quinta parte de las ventas formalizadas el ejercicio pasado. El balance de lo que va de año en Galicia es el más bajo desde 2016; entonces entre enero y mayo se habían producido 5.777 compraventas de pisos.

Las cifras de mayo son malas en todas las tipologías de inmuebles a la venta. Retrocede la vivienda libre (-44,6%) y la protegida (-45,9). Mayor diferencia se observa al ver la evolución entre la primera y la segunda mano. Dentro de la debacle general, los pisos usados (-42%) resistieron la caída de ventas en el quinto mes del año mejor que las viviendas a estrenar (-54,5%). Son las viviendas de segunda mano las que tienen tirón en el mercado inmobiliario (709 en mayo), con el 82% de las operaciones registradas en la comunidad, tres puntos más que hace un año.

La caída de mayo se esperaba ya que buena parte de esas operaciones corresponden en realidad al mes de abril, el de máximo confinamiento y, en consecuencia, el nivel más alto de la paralización. El motivo es que la estadística oficial toma como fuente los registros de la propiedad; y desde que se firma la compra de una vivienda hasta que esa operación se registra suele pasar entre uno y dos meses. Por tanto, desde el sector advierten de que el gran parón de firmas que hubo en abril (según los notarios, un 71% inferior a las del año anterior en el conjunto de España) tendrá su repercusión también en las estadísticas del mes de junio.

En el caso de España, con 22.394 nuevos propietarios en mayo, hay que retroceder hasta octubre de 2013, con el mercado todavía convaleciente por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, para encontrar un mes tan malo. En términos porcentuales representa una caída interanual del 53,7%, un porcentaje insólito ya que ni siquiera el bache provocado en el mercado el año pasado por la nueva ley hipotecaria fue tan profundo.

Las 861 operaciones registradas en mayo en Galicia son las más bajas desde febrero de 2014. Entonces se formalizó un número similar, 856, pero fue en septiembre y julio de 2013 cuando las transacciones tocaron suelo en la comunidad, con 796 y 798, respectivamente. Se trata del peor mayo en la comunidad, con el segundo peor en 2014 con 934 ventas de viviendas formalizadas. Estos números están muy alejados de los alcanzados en el boom inmobiliario, por encima de las 2.500 operaciones mensuales -más de 80 cada día, casi el triple que en la actualidad tras el estallido de la crisis sanitaria del Covid-.

Provincias

Por provincias, A Coruña concentra el grueso de las operaciones de compraventa de vivienda registradas el pasado mes de mayo en Galicia, con un total de 439 -el 51% del total en la comunidad-. De ellas, 363 corresponden a pisos de segunda mano y 76 son inmuebles a estrenar. En el segundo puesto del ranking autonómico se colocan las transacciones realizadas en la provincia de Pontevedra, con 300, casi el 35% de la comunidad. A inmuebles usados corresponden 254 operaciones y las 46 restantes, de obra nueva. El volumen de operaciones de compraventa en Lugo y Ourense están muy por debajo de estas cifras, con 69 y 53, respectivamente, según los datos del INE.