El efecto A Mariña lucense tiene en ascuas al sector hotelero gallego, pendiente de un comportamiento turístico volátil por las reticencias ante los posibles rebrotes de Covid-19 y que toma la decisión de pasar unos días en un establecimiento de la comunidad con casi nada de antelación. El verano, de momento, no termina de arrancar, con unas reservas medias del 30% para este mes y una previsión del 50% para agosto, prácticamente la mitad de lo habitual, aunque con grandes diferencias entre el litoral y el entorno urbano y con A Costa da Morte alrededor de veinte puntos por encima de la previsión para el mes próximo, al igual que las Rías Baixas.

"Este fin de semana se espera un tiempo muy bueno, con altas temperaturas, y confiamos en que la recuperación comience, porque empieza el mes realmente bueno para el sector, de 15 de julio a 15 de agosto, pero aún no está claro. Las reservas están siendo de última hora", apunta Cesáreo González, presidente del Clúster Turismo de Galicia

Esta asociación estima que la ocupación este mes "podría estar en una horquilla de entre el 15% y el 30% en muchos territorios, con disparidad entre el turismo urbano y las zonas costeras, aunque con previsiones de mejores ocupaciones para el mes de agosto, que podrían situarse en torno al 50%", si bien González matiza las cifras. "En A Mariña se cancelaron la mayoría de reservas cuando hubo el rebrote", añade González.

El litoral presenta mejores perspectivas que el turismo urbano. "Santiago de Compostela también está acusando la ausencia del turismo internacional, con previsiones de ocupación que no llegan al 20% para este mes de julio", apunta el Clúster en su análisis del verano, si bien insiste en la volatilidad de los datos este año, cuya excepcionalidad destaca por la pandemia del coronavirus. La situación en A Coruña se ajusta a esta imprevisibilidad. La oferta de playa capea mejor la situación, con la zona de A Costa da Morte como principal reclamo.

Los pisos turísticos también se encuentran a la expectativa de una evolución positiva, con diferentes comportamientos entre las casas individuales, prácticamente al 100% de reservas, y los pisos, que no arrancan, radiografía Dulcinea Aguín, presidenta de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga), que no concreta estas últimas cifras.

Ese comportamiento es similar al del turismo rural, con las casas individuales al completo y las que se alquilan por habitaciones en un 30% este mes y sin superar el 50% para agosto, según Filipe Pires, presidente de la gestora de la Federación Galega de Turismo Rural (Fegatur), que explica esa diferencia por la demanda de lugares "aislados" que permitan evitar el contacto con otros turistas para esquivar contagios de Covid-19.