La emergencia sanitaria de la COVID-19 ha centrado la tradicional Ofrenda al Apóstol Santiago, en la que el rey Felipe VI ha recordado a las "miles de víctimas" de la pandemia y ha elogiado el "impagable sacrificio de los ciudadanos" que, ha añadido, deben mantener la "unidad" para "afrontar las consecuencias sociales y económicas" que todavía restan del coronavirus.

Un año más, la celebración ha tenido lugar en la Iglesia de San Martiño Pinario a causa de las obras en la Catedral, y, en esta ocasión, no ha contado con el tradicional saludo a las autoridades ni pase de revista a las tropas en el Obradoiro.

Felipe VI ha admitido que las problemáticas a las que se enfrenta ahora España "son enormes" y "no solo afectan a la salud o a la economía", si no "también a la confianza de las personas en el futuro que, para muchos, puede dejar de ser un hogar acogedor para convertirse en un horizonte incierto".

"La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 deja miles de víctimas cuyo recuerdo debe acompañarnos por siempre, y también situaciones angustiosas por el confinamiento", ha dicho el Rey, que ha tenido también palabras para "el impagable sacrificio de los ciudadanos en todas las esferas de actividad", que han "combinado la entrega sin límites con una profesionalidad extraordinaria".

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Los Reyes presiden el Día de Galicia en Santiago

Los Reyes han sido recibidos este sábado en Santiago de Compostela entre aplausos y gritos de "¡Viva España!" ante la iglesia de San Martiño Pinario, donde tiene lugar la tradicional ofrenda al Apóstol en el Día de Galicia, que no se celebra en la catedral debido a las obras.

El presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, les han dado la bienvenida tras bajarse del coche oficial acompañados por la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, todos ellos protegidos por mascarilla.

En una de las calles aledañas, un grupo de ciudadanos ha coreado y ondeado banderas de España para expresar su apoyo a la pareja real en su visita a Galicia dentro de la gira por todas las comunidades autónomas.

"¡Viva el rey!", "¡Viva España!", han gritado, lo que ha hecho que don Felipe y doña Letizia les saludaran con la mano para agradecer el gesto.

En una mañana soleada, el recibimiento ha tenido lugar en el exterior de la iglesia, en vez de en la Plaza del Obradoiro, como suele ser costumbre, con el fin de evitar aglomeraciones en una jornada marcada por la pandemia. Como ya ocurrió el pasado año, la ofrenda al Apóstol se celebra en San Martiño Pinario por las obras de rehabilitación que hay en marcha en el interior de la catedral compostelana.

También han estado en la bienvenida el alcalde de Santiago, el socialista Xosé Sánchez Bugallo, y el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada.

Los Reyes y las autoridades han contemplado una de las alfombras que han engalanado las entradas de la iglesia y del monasterio de San Martiño Pinario, confeccionadas con flores, conchas de berberecho y zamburiñas y otros materiales por alfombristas gallegos. A continuación, han accedido al templo por las escaleras de la fachada principal, donde les ha esperado el arzobispo compostelano, Julián Barrio, a quien los reyes han saludado con una reverencia.

Bajo los acordes del himno nacional, don Felipe y doña Letizia han recorrido el pasillo central hasta situarse ante el altar, donde a su vez se ha situado la imagen del apóstol Santiago traída desde el Museo de la Catedral.

El conjunto monástico de San Martiño Pinario, anexo a la catedral, está considerado el segundo edificio religioso más grande de España después del de San Lorenzo de El Escorial y mantiene desde sus orígenes un estrecho vínculo con el culto al Apóstol.

Tras la misa y la ofrenda, la visita se va a completar en el Pazo de Raxoi, sede del Ayuntamiento, donde los reyes van a firmar en el Libro de Oro.