Más de 200 radares -entre fijos y móviles-, furgonetas camufladas, el helicóptero Pegasus, drones, una treintena de cámaras para controlar el uso del cinturón y el móvil, y las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico se despliegan este verano en las carreteras gallegas para reducir al mínimo la accidentalidad. En concreto, un total de 1.050 efectivos de la DGT y de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se volcarán con la seguridad vial en Galicia en el inicio de la operación salida de vacaciones, que arrancó ayer por la tarde, con otros tantos medios tecnológicos.

En el arranque de uno de los dispositivos de los que más tráfico registran de todo el año, el delegado del Gobierno, Javier Losada, apeló a la responsabilidad al volante y urgió a los conductores a comprobar el buen estado de los vehículos antes de emprender un viaje y evitar las distracciones, en especial el uso del móvil, que se está convirtiendo en uno de los principales problemas en las carreteras, según destacó Losada. También aconsejó evitar la conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas y hacer uso del cinturón de seguridad.

El operativo prestará especial atención a las carreteras convencionales, que donde se producen el 90% de los accidentes mortales que se registran en la comunidad. Por primera vez, la DGT evitó dar cifras sobre la previsión de desplazamientos para el arranque de las vacaciones de agosto y la vuelta de los que regresan del descanso de julio, un periodo marcados por la pandemia del coronavirus.

La operación especial Primero de agosto arrancó ayer a las 15.00 horas y finalizará en la medianoche del domingo. En Galicia, está prevista una mayor intensidad del tráfico en la AP-9, A-6, A-8, A-52, A-55 y N-550.

El Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste cuenta con 50 personas para esta operación. Además, dispone de 245 cámaras de televisión, 306 estaciones de toma de datos, 83 sensores de variables atmosféricas en carretera y 413 paneles de mensaje variable, además de los medios aéreos habituales.