La presidenta de Adif, la gallega Isabel Pardo de Vera, aseguró ayer durante una visita a Sobradelo, en Carballeda de Valdeorras (Ourense), "lamentar profundamente" y "comprender la indignación" por la caída de vagones al río Sil. A escasos metros del lugar en el que el pasado 3 de agosto donde fueron arrojados los vagones de un convoy de mercancías descarrilado el 28 de julio, avanzó que la vía volvería a estar operativa desde ayer mismo y se comprometió a que, una vez cerrada la investigación "se abrirán los expedientes disciplinarios laborales correspondientes y se tomarán las acciones oportunas", según informa Efe.

"Desde el minuto cero se ha abierto una investigación porque es esencial conocer cómo se han producido estos hechos para que no vuelvan a producirse", dijo la presidenta de Adif, quien entiende que el ente público "también se ha visto perjudicado" por estos hechos, ya que "es un referente nacional e internacional en materia medioambiental". De este modo, Pardo de Vera insistió en que "este desafortunado suceso" no debe "manchar el compromiso medioambiental de Adif", por lo que "se tomarán todas las medidas con respecto a la cadena de responsabilidad" para que "impactos de este tipo" no vuelvan a producirse "y para mantener un compromiso de transparencia".

"No puede quedar sin conocer en profundidad cómo se ha producido ninguna acción que impacte la cultura de la empresa", sentenció do la presidente de Adif, quien espera que la investigación "con celeridad" y las acciones que se lleven a cabo a raíz de ella generen "un efecto disuasorio".

Sobre las labores de retirada y reacondicionamiento de la zona, Pardo de Vera, acompañada por los responsables territoriales que dirigieron el proceso, lo describió como "satisfactorio". "Desde el viernes hemos procedido a la retirada y el desmontaje de los vagones y ahora solo faltan labores de restauración que debe autorizar la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y de preservación del entorno natural, que debe autorizar la Xunta", detalló.

En cuanto a la operación, la presidenta de Adif destacó que se ha realizado "con condicionantes de alta complejidad, como la altura de la vía o el posicionamiento de las grúas en la plataforma ferroviaria con un peso considerable y a una altura también considerable".

Pardo de Vera precisó que uno de los vagones "se encontraba a la altura del talud, por lo que había que valorar el riesgo de un posible deslizamiento", mientras que el otro "estaba en la ribera del río Sil, casi tocándolo". "Ahora estamos esperando el resultado del análisis de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil respecto de la contaminación de las aguas y posibles vertidos, aunque creemos que no los ha habido y que, como ha dicho su presidente, parece que los impactos han sido mínimos", concluyó.