El último balance del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico arroja, cuando menos, cifras halagüeñas en relación con la virulencia del fenómeno incendiario en toda España. Hasta el 16 de agosto, según el avance informativo publicado ayer por el Centro de Coordinación de la Información Nacional sobre Incendios Forestales, se produjeron en España 5.046 siniestros de los cuales 3.490 fueron conatos (69,1%) y 1.916 incendios (37,9%). En ellos se vieron comprometidas cerca de 30.000 hectáreas de superficie forestal, -el 15% en la comunidad, con 1.101 siniestros-, de las que algo más de 19.200 corresponden a la franja noroeste, integrada en estas estadísticas por Galicia, Asturias, Cantabria y las provincias castellano leonesas de León y Zamora. Los datos son esperanzadores ya que suponen un "descenso importante" del 48%, casi a la mitad, respecto de la media de la última década y también respecto de lecturas más recientes, del mes de julio.

Las estadísticas del Ministerio dejan patente la reducción del fenómeno incendiario en lo que va de año, tanto por en número de siniestros -un 31% inferior a los datos promedio de los últimos diez años - y en cuanto a la superficie quemada, que se reduce un 48% hasta agosto en las áreas forestales y un 70% en territorio arbolado.

El balance del Gobierno, realizado a partir de los datos que facilitan las comunidades autónomas, señala el noroeste como la zona con mayor afectación de los incendios forestales, tanto por número de siniestros -unos 6 de cada diez se producen en esta región- como por superficie afectada, el 64,1%. Las comunidades interiores se reparten el 32,3% del porcentaje; el Mediterráneo el 15,1% Canarias apenas el 0,80%.

De los siete "grandes incendios" identificados por el Ministerio, aquellos que suponen una afectación superior a las 500 hectáreas, aparece en el listado el que se produjo en el arranque de este mes de agosto en Cualedro, Ourense que, con 1.010 hectáreas ardidas, según cifras facilitadas por la Xunta, se convirtió en el mayor siniestro registrado en la comunidad desde la fatídica ola de incendios del año 2017. El de Cualedro fue uno de los 238 fuegos que contabiliza Galicia en lo que va de año, a los que hay que sumar otros 863 conatos con superficies afectadas menores a la hectárea.

El mayor incendio en lo que va de año, se produjo en Lober de Aliste, en Zamora -comparte área con Galicia en la zona noroeste- con un territorio quemado próximo a las 2.000 hectáreas. El caso ourensano y zamorano, sumado al de otros dos "grandes incendios" que se iniciaron en el mes de febrero en Tineo (Asturias) han catapultado a esta región como una de las más afectadas por el fuego en la presente anualidad.

Cautela

La comparativa con las lecturas del pasado mes de julio invita también al optimismo. "La tendencia sigue siendo de clara reducción tanto en el número de siniestros como de superficie afectada, lo que permite hacer un cauteloso y provisional balance positivo", indica el Ministerio. Su principal mensaje, a pesar de las estadísticas, continúa siendo "la precaución y el cuidado". "Es una época de alto riesgo y hay que extremar las medidas preventivas", recomiendan un comunicado del Ministerio de Transición Ecológica.

Galicia lidera, por otra parte, la clasificación de comunidades autónomas que han precisado un número mayor de intervenciones de los medios propios del Miteco en incendios forestales iniciados en su territorio. Entre el 2 de enero y el 16 de agosto, el Ministerio dirigió un total de 854 actuaciones destinadas a colaborar en la extinción y control de 303 incendios forestales. De todos ellos, 79 fuegos -apenas un 33% de los que se han producido en 2020 en la comunidad sobre superficies mayores a la hectárea- precisaron de intervenciones del Gobierno. Fueron 361 en total.