El próximo miércoles 3 de septiembre -con la tranquilidad que le otorga una mayoría de 42 diputados- Alberto Núñez Feijóo será investido presidente en el Parlamento de Galicia. En un momento que él mismo define "clave" en su vida personal y política, el popular capitaneará su cuarta legislatura consecutiva. Será una travesía "dificilísima" como afirmó ayer mismo al ser designado candidato tras la ronda de contactos que el presidente del Parlamento, Miguel Ángel Santalices, mantuvo con los tres portavoces de los grupos políticos representados en el Pazo do Hórreo. La oposición ofrecerá en el nuevo curso político "mano tendida" para lograr "grandes acuerdos a favor de Galicia" , como afirmó la portavoz del BNG, Ana Pontón. El representante del PSdeG, Gonzalo Caballero, por su parte, se comprometió a ser "leal" y a urgir la acción del Gobierno.

"La cuarta legislatura empieza con mascarilla y queremos finalizarla sin esa máscara que imposibilita hablar de las cuestiones que teníamos previsto hace solo unos meses". Esta frase de Feijóo define con claridad sus prioridades para la legislatura que estrena la próxima semana: preservar la salud más que nada y evitar a toda costa una pandemia "económica y social". Tanto el candidato como el resto de los grupos parlamentarios convienen que en esta misión hay que remar juntos, empezando por un debate de investidura que el propio candidato espera que sea "constructivo".

Trabajar "juntos"

"Pese a ser el grupo mayoritario, vamos a intentar que tanto con el BNG como con el PSdeG podamos trabajar juntos por una Galicia que haga frente a la pandemia y evite sus consecuencias económicas y sociales", proclamó ayer el dirigente popular. Una misión que se le antoja "dificilísima", tal y como aventuró, y más un momento "clave" en su vida personal y política.

Núñez Feijóo equiparó la situación actual con la vivida con su llegada al Gobierno gallego en 2009, en plena recesión económica y con el país al borde de la intervención. Se mostró confiado en que el próximo debate de investidura sea "constructivo" y dé paso a un Gobierno y a un Parlamento que, oposición incluida, trabaje de forma coordinada "por una Galicia que sea capaz de hacer frente a la pandemia".

En la ronda de contactos previa liderada por el revalidado presidente de la Cámara gallega, Miguel Ángel Santalices, los tres grupos representados en O Hórreo, PP, BNG y PSdeG dieron muestras de que habrá diálogo, al menos es la voluntad en la casilla de salida.

Así, el portavoz popular, Pedro Puy, además de proponer la investidura de Núñez Feijóo a la Presidencia, pidió a los grupos que se sentarán en las bancadas de la oposición "responsabilidad y predisposición a acuerdos".

La representante del BNG, Ana Pontón, trasladó al jefe del Legislativo gallego, Miguel Santalices, que su formación no presentará candidato a la sesión de investidura ni apoyará a Núñez Feijóo porque tiene un programa "opuesto" al de los nacionalistas. A pesar de ello adelantó que el Bloque se fija el reto de trabajar desde el Parlamento con una "oposición constructiva" y de "mano tendida" para lograr "grandes acuerdos a favor de Galicia" en un contexto marcado por el Covid-19. Trabajarán para "blindar" los servicios públicos -indicó la nacionalista- para que en 2024 haya "un cambio" liderado por esta formación, que representa "que otra forma de entender la política y otra Galicia es posible".

Gonzalo Caballero, portavoz del PSdeG avanzó en esa misma línea que los socialistas harán una oposición "leal" en el Parlamento gallego, una vez que el popular Alberto Núñez Feijóo sea investido. En declaraciones a los medios, Caballero defendió que "respeta el veredicto" de los gallegos en las urnas, donde se eligió "continuidad" y ratificó su disposición a trabajar "al servicio" de Galicia. El socialista urgió decisiones de gobierno frente a la pandemia y el inicio del curso escolar y lanzó un aviso a los populares: tendrán "enfrente" al PSdeG si incurren en la "inacción" o acometen "recortes" indeseados.