Uno de los dos únicos supervivientes del primer Consello de la Xunta que tomó posesión en 2009 cuando Feijóo inició su periplo como presidente ensalzó ayer la unidad interna como elemento que ha contribuido a facilitar la gestión de cada consellería. "Ni un mal rollo entre nosotros, ni una mala palabra entre compañeros. Todo lo contrario: ayuda. Nunca hubo rivalidades", resumió Alfonso Rueda, vicepresidente primero y que ahora recibe también el encargo de preparar el Xacobeo y gestionar las políticas vinculadas al turismo.

"Aquí se viene a sufrir", ironizó en una intervención que realizó en nombre de sus diez compañeros de gobierno, en la que agradeció la tarea desempeñada por Jesús Vázquez Almuíña al frente de Sanidade y por Carmen Pomar en Educación.

Pese a las dificultades, ensalzó la función pública. "Esto es una ocupación dura, voluntaria, pero dura. Pero también se viene a disfrutar de un servicio público, a aprender muchísimas cosas", sostuvo en un mensaje en el que también quiso agradecer a los familiares soportar "muchas horas de ausencia" de quienes forman parte del Gobierno autonómico y a Feijóo la confianza depositada en sus conselleiros.