Tras las alambradas, cientos de cuerpos escuálidos se enfrentaban a diario a trabajos forzosos en las canteras, hambruna, noches a temperaturas bajo cero en los barracones, experimentos médicos? Más de 5.000 españoles murieron entre 1940 y 1945 en campos de concentración nazis. De los casi 200 gallegos deportados, más de la mitad no sobrevivieron a los horrores del exterminio. Algunos de los que no acabaron en las cámaras de gas y los hornos crematorios tardaron décadas en regresar a su tierra tras ser declarados apátridas, pero la mayoría nunca volvieron.

El coruñés Manuel Rodríguez Louro, Marrolas, es una de las miles de víctimas del holocausto nazi. El joven marinero de Dumbría huyó de las tropas franquistas en la primavera de 1937 con otros muchos vecinos al monte Pindo. El periplo de su escapada finaliza el 16 de septiembre de 1941 en el castillo de Hartheim (Austria), donde fue gaseado. 79 años después de su fallecimiento, familiares y vecinos le rendirán homenaje este domingo con el descubrimiento de una placa y la presentación del libro Manuel Rodríguez Louro. Do monte Pindo a Mautahusen, de Francisco Fernández Naval. El acto, promovido por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), comenzará a las 11.00 horas en el Centro Bitácora de Ézaro con la presentación de la obra sobre la vida del joven marinero coruñés y a las 12.00 se procederá a la apertura de la placa en su memoria en la Casa da Pedra.

La convocatoria contará con la participación, entre otros, de familiares de Manuel Rodríguez, el escritor Francisco Fernández, la investigadora de la ARMH Carmen García-Rodeja, y el alcalde de Dumbría, José Manuel Pequeño Castro.

Desde hace varios años la ARMH, colectivo originario del Bierzo leonés promotor de las primeras exhumaciones de víctimas del franquismo, trabaja en la investigación y dignificación de los gallegos deportados en campos de concentración. Manuel Fernández Louro, nacido el 15 de mayo de 1916 en el lugar de A Torre, parroquia de Ézaro, luchó junto a los aliados en la Segunda Guerra Mundial, pero fue apresado y llevado a Mauthausen donde sufrió los horrores del exterminio hasta su muerte.

"Estos deportados españoles fueron olvidados durante muchos años. No así en toda Europa donde son considerados como héroes y homenajeados cada año en sus villas natales", lamentan desde el colectivo. En Galicia, la ARMH ha realizado numerosos actos de divulgación y reconocimiento, promovió la presentación de una veintena de casos para incluir en la querella argentina contra el franquismo abierta que investiga Argentina y contribuyó a la celebración en 2018 del homenaje en el Parlamento de Galicia con la participación de todos los grupos políticos.

Tras su huida al monte Pinto con otros jóvenes, el grupo escapa por mar y llega a Bristol en octubre. Pero en Inglaterra les niegan la entrada y son deportados a la España republicana. Tras la derrota, Rodríguez Louro, junto con su hermano Joaquín, Manuel Piñeiro y Miguel Ferrer pasan la frontera. Piñeiro muere en el campo de concentración de Agde-Herault. Miguel e Joaquín consiguen embarcar en el Winnipeg, el barco fletado por Neruda. Manuel es confinado en el campo de Argelès-sur-Mer. Posteriormente es movilizado en los batallones de trabajo del Ejército francés.

Tras la derrota de Francia y la ocupación alemana, Manuel, con otros miles de prisioneros españoles es confinado en el stalag de Trier y, desde allí, el 25 de enero de 1941 es deportado al campo de exterminio de Mauthausen. Cuatro años después de iniciar la subida al monte Pindo, termina su huida del nazismo y la lucha diaria por sobrevivivir a los trabajos forzados y a la hambruna: el 16 de septiembre de 1941 fue gaseado en el castillo de Hartheim.