A muchos ayuntamientos ya no les queda apenas superávit del que poder tirar este año para afrontar gastos extra derivados del coronavirus ya que han tenido que destinar esos fondos a amortizar deuda o a pagar facturas pendientes. Es el caso del Concello de A Coruña, que el año pasado utilizó parte de su superávit para hacer frente a pagos derivados de sentencias judiciales (el grueso para las pagar las expropiaciones del castro de Elviña, por un importe de 6,1 millones) y también facturas pendientes de años anteriores. Y en 2018, el anterior Gobierno local destinó 15,1 millones del superávit a amortizar deuda, ya que la norma estatal impide afrontar inversiones con los ahorros por incumplir el periodo de pago a proveedores.

Ante esta situación, pese a que el 97% de los ayuntamientos tienen remanentes positivos, apenas podrán hacer inversiones este año ya que casi no les quedan recursos ahorrados de 2018 y 2019, los dos ejercicios que Hacienda ha decidido liberar del techo de gasto para afrontar la crisis del Covid. Y es que el nuevo decreto no incluye el uso de los ahorros municipales de años anteriores.