El Plan de Prevención y Defensa contra las Incendios Forestales de Galicia (Pladiga), de la Consellería de Medio Rural, define los distritos de Ourense como uno de los puntos calientes y de alta actividad incendiaria. El balance coloca en rojo en los mapas de incendios a la provincia, que soporta de media cada año 2.157 siniestros forestales (conatos más incendios mayores de una hectárea) sin que ni las autoridades públicas ni los servicios de emergencia contratados puedan rebajar un guarismo que denota un problema más profundo.

La actividad de los incendiarios supone un gasto no solo en recursos humanos para luchar contra el fuego, si no una preocupación constante para parroquias o localidades lejanas al núcleo urbano y ancladas en parajes forestales donde el fuego aparece una y otra vez, amenazando su patrimonio.

Si sorprender infraganti al autor resulta una misión casi imposible, sentarlo en el banquillo de los acusado también resultad complicado por la naturaleza del delito: las pruebas las quema el propio incendio y no suele haber testigos de los hechos.