Antes de las elecciones municipales del año pasado, el presidente de la Xunta y líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, alertó de que si Gonzalo Jácome, de Democracia Ourensana, llegaba a la Alcaldía de la ciudad de As Burgas sería "letal" para ella. Semanas después, su partido permitió que este levantase el bastón de mando de la tercera ciudad de Galicia, en la que ahora existe una grave crisis de gobernabilidad, pues solo tiene el apoyo de tres ediles -incluido él -de 27, tras romper el PP y varios de los suyos con él. Feijóo, sin embargo, se desligó ayer de la solución a ese problema y lo dejó en manos de los populares ourensanos, comandados por Xosé Manuel Baltar, abriendo la puerta a cualquier opción, incluso favorecer la Alcaldía del PSdeG, aunque en este punto le afeó a Gonzalo Caballero, líder socialista, vetar ese acuerdo. "¿Tiene libertad el PSOE de Ourense?", cuestionó. "Espero que la propuesta no sea pactaremos con todos para que no gobierne el PP", añadió.

"El PP de Ourense tiene libertad para buscar la mejor salida a esta situación", respondió Feijóo en el Parlamento a Caballero, que lo acusó de ser el "responsable de la crisis municipal" en la ciudad, agravando la situación pandémica que ha provocado su confinamiento, así como el del concello de Barbadás.

Feijóo esquivó cualquier responsabilidad en la coyuntura política ourensana, redirigiéndola hacia el PSOE. Alegó que tras la denuncia de varios miembros de DO contra su propio líder por presuntas irregularidades con el dinero del partido, el PP "suspendió" el acuerdo de gobierno local, suscrito a cambio de permitir a Baltar mantener la diputación y de que DO no se presentase a las elecciones autonómicas, evitando así fuga de votos que pudiesen comprometer la que finalmente fue la cuarta mayoría absoluta consecutiva de Feijóo.

Acusó al PSdeG de empujar al PP a buscar ese acuerdo con DO al negarse a respetar que gobernase la lista más votada: socialistas en el concello y populares en la diputación. Ahí aprovechó para sacar a relucir de nuevo su defensa de ese sistema, que incumple su partido en Andalucía y Madrid, donde gobierna siendo segunda fuerza, como le espetó Caballero, que lo culpó también de que Ourense haya llegado al "esperpento".

"Viene a hablar de Madrid. Este es el Parlamento de Galicia", replicó Feijóo, que durante sus doce años de gobierno autonómico usó como ariete dialéctico las situaciones políticas de Venezuela o Andalucía.

En el caso de Ourense, el PSdeG se ausentó la semana pasada de la reunión de Ciudadanos, PP y los cuatro ediles díscolos de DO para debatir una posible moción de censura. Los socialistas quieren gobernar en solitario. "La voluntad de pacto está ahí. Para los populares de Ourense solo hay una prioridad: un gobierno [municipal] estable fruto del diálogo y el pacto", resumió Feijóo, al que Caballero urgió soluciones. "¿Es consciente de que Ourense necesita un gobierno capaz, especialmente, en tiempos de Covid?", le preguntó. El cara a cara entre Feijóo y la nacionalista Ana Pontón giró en torno a la situación de Alcoa. La dirigente exigió claridad sobre si la Xunta trabaja ya en la opción de nacionalizar la compañía y recriminó a Feijóo "no estar a la altura" de la lucha de la plantilla de la planta de San Cibrao en la defensa de sus empleos. El titular de la Xunta defendió la nacionalización de Alcoa si se demuestra que "actúa de mala fe" y se niega a vender su factoría a Liberty para "eliminar un competidor".