El pasado lunes, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, anunciaba que en los presupuestos generales de 2021 el Gobierno iba a afrontar el “agravio real” que sufren los gallegos con los peajes de la AP-9. Recién presentados al Congreso para iniciar su tramitación, el proyecto de presupuestos prevé destinar 55 millones de euros al abaratamiento de las tarifas de la Autopista del Atlántico, que se suman a los algo más de 8 millones que se consignan cada año para bonificar los trayectos entre A Coruña y A Barcala y entre Vigo y O Morrazo .

Estos 55 millones se reparten en tres conceptos. Por una parte, hay 50 millones reservados para una bonificación en toda la autopista, presumiblemente destinados a los viajeros habituales que en el mismo día realizan trayectos de ida y vuelta. No obstante, su concreción depende de la aprobación de un real decreto que todavía se tiene que elaborar.

La segunda partida más importante es de 3,4 millones, con los que el Estado pretende suprimir la subida anual acumulativa del 1% que Audasa aplica para financiar la ampliación del puente de Rande.

Y una tercera media, también pendiente de la aprobación posterior de un real decreto, es la supresión del peaje en el tramo Vigo-Redondela. Para esta opción hay presupuestados 1,5 millones de euros.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha destacado, en la presentación de los presupuestos, que estas rebajas de los peajes responden al “cumplimiento del acuerdo programático de investidura” con el BNG.