Galicia no logra salir de la crisis demográfica que arrastra desde hace casi tres décadas. Durante el primer trimestre de este año, la comunidad gallega tan solo registró 3.820 nacimientos, el peor dato desde que hay registros en el Instituto Galego de Estatística (IGE), que arrancaron en 1996. A esto se suma un saldo vegetativo negativo, es decir, los fallecimientos superan los alumbramientos, con un tasa peor que la registrada hace un año.

Con estos datos, la comunidad cierra el arranque del año con un saldo vegetativo negativo en 5.193 personas: 3.820 nacimientos -1.929 niños y 1.891 niñas- frente a 9.013 muertes -4.374 hombres y 4.639 mujeres-. La situación se repite prácticamente año tras año. En este primer trimestre, el saldo vegetativo empeora respecto al mismo periodo de 2019, cuando hubo 3.861 partos y 8.752 defunciones. Al cierre de 2019 solo cinco concellos arrojaban un saldo vegetativo positivo: Ames (+72), O Porriño (+41), Salceda de Caselas (+29), Arteixo (+17), Ribadumia (+2).

Por otra parte, las estadísticas del IGE revelan un descenso de los matrimonios durante en el primer trimestre del año en la comunidad. Fueron un total de 987 los registrados, lo que supone 258 menos (-20,7%) que los tres primeros meses de 2019.

Entre el total de estos enlaces, 967 se produjeron entre personas de diferente sexo, mientras que los 20 restantes fueron entre personas del mismo sexo.