A golpe de clic se puede acceder desde cualquier lugar a cualquier contenido que ofrece Internet o que el propio usuario quiera compartir en sus redes sociales. El acceso desde el portátil, la tablet o el móvil a cualquier plataforma online se ha disparado en los últimos años y, como en todo, la tecnología tiene su parte buena pero también la mala al ser aprovechada por quienes buscan beneficiarse amparados en el anonimato y el vacío legal que todavía hoy impera en el mundo digital. La cifra de víctimas de ciberdelitos en Galicia alcanza ya cifras récord. Cara desencajada le queda a cada vez más compradores online que en vez de recibir el móvil de última generación que encontraron en superoferta reciben un paquete con un ladrillo o piedras, un coche tan barato que nunca llega, productos de alta perfumería o cosméticos que no resultaron ser tal. Al fraude informático, el grupo penal más abundante entre los ciberdelincuentes, se suman el robo de datos personales, el chantaje o acoso e incluso delitos sexuales a través de las redes sociales , aplicaciones o webs. El año pasado se denunciaron en la comunidad gallega 11.631 delitos cometidos en la red, una media de 30 cada día, el 5,3% de los más de 218.000 detectados en el conjunto del país. De las denuncias interpuestas en la comunidad ante las distintas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, fueron esclarecidas 1.901, el 16% del total.

El balance de ciberdelitos detectados el año pasado en Galicia, que supone casi un 40% más que las infracciones penales online del ejercicio anterior, la comunidad se coloca en el sexto puesto del ranking nacional. A la cabeza está Cataluña con más de 41.500, seguida de Madrid (37.016), Andalucía (28.655), Comunidad Valenciana (18.983) y País Vasco (14.837), según datos del Ministerio del Interior. En el extremo opuesto se encuentran La Rioja (1.120), Cantabria (2.086) y Extremadura (3.049).

En 2020 es previsible que el volumen de ciberdelitos se disparen todavía más ya que durante el confinamiento impuesto por el estado de alarma el pasado 14 de marzo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detectado un aumento de hasta un 70%.

Pese al abultado número de estafas, fraudes o chantajes online denunciados, apenas uno de cada cuatro han sido resueltos el año pasado en Galicia: un total de 1.901 frente a los 1.702 del ejercicio anterior. En 2019 representaron el 16,3% de las denuncias interpuestas, casi cuatro puntos menos que el 20,3% que supusieron en 2018.

En el conjunto del país la tasa de esclarecimiento de este tipo de infracciones penales se quedó en el 14,1%, dos puntos por debajo de la alcanzada en la comunidad gallega. La tendencia en el último año en la resolución de los ciberdelitos también ha sido descendente, ya que en 2018 el índice de casos zanjados fue del 17%. En cifras absolutas, Policía y Guardia Civil esclarecieron el año pasado en el conjunto nacional 30.841 delitos de este tipo, de los que e. 6,1% corresponden a operativos resueltos en Galicia. Este porcentaje es superior al peso que representan este tipo de ilícitos penales en el conjunto de España (5,3%).

La mayoría de las denuncias que se reciben a diario en las comisaría de la comunidad se deben a fraudes informáticos, tanto a particulares como a empresas. Hasta un total de 9.999 fueron notificados el año pasado en Galicia, lo que supone el 86% del total de los ciberdelitos registrados. Le siguen en la tabla las amenazas y coacciones a través de la red (788 casos). El tercer puesto lo ocupa la falsificación informática (261), seguida del llamado acceso e interceptación ilícita (211). Por encima del centenar están las denuncias por delitos contra el honor (123) e interferencia en los datos (106). Finalmente cierran el mapa de infracciones penales desde el ciberespacio los delitos sexuales (90) y contra la propiedad industrial /intelectual (45).

De todos estos delitos, tan solo disminuyeron respecto a 2019 las amenazas (-10%) y contra el honor (-8,8%). En el resto de ilícitos, el aumento osciló entre el 26% en los delitos sexuales y el 46% de los fraudes informáticos.