La crisis provocada por el Covid no golpea de la misma forma a las diferentes actividades económicas. El sector privado en Galicia perdió casi 50.000 trabajadores en los dos primeros trimestres del año, cuando el estado de alarma y el confinamiento paralizaron buena parte de la economía. En el tercero, la situación mejoró y recuperó casi 27.000 empleos, aunque aún tiene un déficit de algo más de 22.000. Por el contrario, las administraciones públicas que operan en la comunidad incorporaron 3.100 personas a sus plantillas en el segundo trimestre, cuando más arreciaba la pandemia, y volvieron a aumentar su número de trabajadores en otros 5.400 en el tercero. De esta forma, desde comienzos del año, los entes públicos cuentan con 8.700 trabajadores más, que si se reduce solo al segundo y tercer trimestre son 8.500, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA).

El sector público roza en Galicia los 200.000 trabajadores, algo que no ocurría desde hacía ocho años, y suma ya cinco trimestres al alza: desde los 184.800 trabajadores que tenían la Xunta, el Estado, los concellos, las diputaciones y las universidades a finales de junio del ejercicio pasado a los 197.400 del pasado mes de septiembre. Es la cifra más alta desde el pico de marzo de 2012 cuando se superaron los 204.000.

Gracias el incremento de los últimos 15 meses, las administraciones gallegas no solo han frenado el recorte del empleo público que en solo un año (junio de 2018-junio de 2019) había destruido casi 10.000 puestos de trabajo, sino que suman más efectivos que entonces. A mitad de 2018, los trabajadores públicos en Galicia eran 194.700. Doce meses después, habían caído hasta los 184.800. El descenso fue de 9.900 personas. Un 5% menos. Hay que retroceder hasta 2017 para encontrar una cifra menor. Sin embargo, 15 meses después se han recuperado los 9.900 empleos que se habían perdido y se han sumado 2.700 más.

Durante el recorte de esos casi 10.000 trabajadores, los grandes damnificados fueron dos. Por una parte, los que tenían un contrato fijo que protagonizaron todo el descenso del empleo público. Y por otra, los hombres, que absorbieron el 98,9% de los puestos de trabajo perdidos.

Ahora, la recuperación también tiene dos protagonistas. Por un lado, los varones que aglutinan el 85% de las incorporaciones (pese a ser minoría en todas las administraciones con el 43% del total) y los contratos temporales que suponen dos tercios de los 12.600 nuevos.

Tras las 1.900 nuevas incorporaciones de mujeres en los últimos cinco trimestres, la cifra total de las que trabajan en las administraciones gallegas alcanzó las 113.000 en septiembre. Por el contrario, los 10.700 hombres que empezaron o se reincorporaron a una administración gallega dejaron el número global en 84.400. La de las mujeres es la tercera cifra más alta de la historia. La primera son las 113.400 de hace diez años y la segunda, las 113.200 de junio pasado.

La diferencia actual entre hombres y mujeres (28.600) en las administraciones gallegas está entre las más elevadas desde 2002. Por el contrario, la menor diferencia entre sexos se produjo a principios de 2013 cuando se redujo a 12.100. Desde entonces, se ha duplicado, aunque en el último año y medio esa cifra se ha reducido.

De los 9.900 puestos de trabajo que se recortaron entre junio de 2018 y junio de 2019, 9.800 estaban ocupados por hombres y 100 por mujeres. Es decir, los varones absorbieron el 98,9% de los empleos perdidos. La caída de 9.800 trabajadores masculinos supuso el 11,7% del total de este colectivo.

El porcentaje de mujeres que trabajaba hasta el pasado mes de septiembre en alguna de las administraciones gallegas es del 57% (dos puntos menos que en junio). Salvo algunas excepciones a comienzos de siglo, la mayor parte de los trabajadores públicos de las administraciones en Galicia son mujeres.

El otro protagonista de la radiografía de la Encuesta de Población Activa son los contratos temporales. Entre junio de 2018 y junio de 2019, este tipo de contratación, que sumaban doce meses de incrementos -los mismos que habían bajado los fijos- había aumentado en 800 hasta los 47.700. Era la cantidad más elevada de los últimos ocho ejercicios. La cifra más baja se produjo a mediados de 2013 con 28.900, un 68% menos que ahora.

Por el contrario, el número de trabajadores fijos en el sector público había acumulado cuatro trimestres de descenso y había caído en 10.600 efectivos al pasar de 147.700 a 137.100. Un 7,1% menos. Era la cifra más baja de empleados indefinidos desde mediados de 2009. Este tipo de contratación tocó techo en las administraciones gallegas en marzo de 2009 cuando sumaban 163.600, un 12% más que ahora.

Y en los últimos 15 meses, los contratos temporales se han incrementado en 7.700. Seis de cada diez nuevas incorporaciones tuvieron este tipo de contrato. A finales de septiembre eran 55.400, el 28% del total y la cifra más alta desde 2009. Por el contrario, los fijos han crecido en 4.900, hasta los 142.00. El empleo público en la comunidad pierde calidad. Por primera vez en la última década, el porcentaje de contratos temporales en las administraciones públicas gallegas alcanza el 28%.

El mayor porcentaje de empleados públicos gallegos con contrato indefinido se dio a mediados de 2013 cuando llegó el 83,3%. Es decir, solo un 16,7% de los trabajadores eran temporales. Por el contrario, el menor porcentaje de fijos se contabilizó a finales de 2008 con el 69,7%. Es decir, casi un tercio eran eventuales.