En la posguerra fueron claves para la repoblación de los castigados bosques de toda la geografía española y en la actualidad su explotación comercial se ha convertido en una gran fuente de ingresos para el sector forestal. En el punto de mira por considerarlo especie invasora, perjudicial para la conservación de la fauna y la flora y para la gestión de los recursos hídricos, ecologistas y científicos coinciden en que el problema no está en el árbol sino en las políticas de gestión forestal. En los últimos años, el eucalipto, que el Gobierno central rechazó declarar especie invasora en contra de un dictamen de su propio Comité Científico, ha puesto en el punto de mira a la Xunta por su política forestal: esta frondosa ya ocupa 400.000 hectáreas de bosque en Galicia, el doble de lo que preveía la Consellería do Medio Rural para 2035. Según datos del Ministerio de Agricultura, en España hay un total de 620.000 hectáreas de eucalipto, lo que coloca a la comunidad gallega a la cabeza de las plantaciones, con dos de cada tres árboles de esta especie producidos en el conjunto del país.

Aunque en un primer momento, la Xunta se planteaba un incremento de 25.000 hectáreas de eucalipto hasta 2040, finalmente corrigió el borrador del nuevo Plan Forestal con el objetivo de reducir en 20 años un 5% la superficie de esta especie en los montes gallegos. El documento fija el reto de llegar en 2040 hasta las 425.000 hectáreas de superficie forestal cubierta por frondosas -60.000 más que en la actualidad-, sumar a las actuales 8.000 hectáreas de plantaciones de castaños actuales otras 16.000 -a mitad para producción de madera y la otra mitad para el fruto-, plantar 20.000 hectáreas más de coníferas, eliminar 1.000 hectáreas de acacias y disminuir en 20.000 hectáreas la superficie de eucalipto hasta el año 2040.

Organizaciones ecologistas cuestionan "las contradicciones y errores" de anteriores inventarios forestales que, según advierten, han conducido a un plan forestal que se limita a una "mera declaración de intenciones". Desde Arco Iris auguran que el eucalipto "no solo no será controlado, sino que su superficie se disparará en los próximos años". "Su impacto se notará de forma irreversible en una pérdida de biodiversidad imposible de revertir a causa del avance del cambio climático y del aumento de la voracidad de los incendios forestales", alertan desde el colectivo ecologista. Las previsiones de los últimos informes sobre cambio climático, según detallan desde Arco Iris, adelantan que en un plazo de 50 años "la superficie apta" para la expansión del eucalipto aumentaría en 307.500 nuevas hectáreas, lo que elevaría las plantaciones actuales hasta más de 700.000 hectáreas.

Ante los objetivos marcados por Medio Rural en el nuevo Plan Forestal de Galicia, ecologistas apuntan que la propiedad privada de la mayor parte de la superficie forestal y la inexistencia en Galicia de industrias de transformación hace "muy difícil" compartir el "optimismo enfermizo" de la Xunta. "No se entiende que se hable de convertir a Galicia en una especie de jardín botánico cuando se anuncia un incremento de las cortas de un 35%... Y, ¿de qué especies en concreto?", se preguntan.

¿Cómo se reducirá la extensión de los eucaliptales? La Xunta se propone mejorar la productividad de las masas existentes, reforzar el control sobre las nuevas plantaciones y transformar masas de eucaliptos de "degradadas" por otras especies. Con esta reordenación forestal, la Xunta prevé potenciar la producción de madera pasando de 9 millones de metros cúbicos de cortas al año a un total de 12 millones. Eso implicará pasar de unas talas del 60% del volumen de crecimiento anual del monte al 70%, lo que continuaría garantizando la sostenibilidad de su aprovechamiento. "Nos convertiremos así en una de las potencias madereras de la Unión Europea", señaló el jefe del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo, durante la presentación del Plan Forestal la semana pasada.