La Axencia Tributaria de Galicia cuenta con un Plan de Control Tributario, que aprueba cada año y que determina las actuaciones que se deben realizar con cada uno de los impuestos que recauda (patrimonio, sucesiones y transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados). Estas actuaciones se dividen por programas en los que se marcan los objetivos cuantitativos sobre el número e importe de las actas.

Cada año, inspectores del Ministerio de Hacienda visitan Galicia para comprobar si se están cumpliendo los objetivos.

En el informe del año pasado explican que los resultados alcanzados permiten formular "una valoración positiva de la gestión de la Atriga, si bien limitada a los pocos objetivos utilizados, dado que se superan en la mayoría de indicadores cuantitativos establecidos".

Según el informe anual, los objetivos fijados "se cumplieron satisfactoriamente" tanto en el impuesto de patrimonio, "superando cumplimientos del 100%", como en el impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados y en el de sucesiones y donaciones en los que se alcanzó en cuanto a despacho y recaudación una media del 102% y 99%, respectivamente, para delegaciones, y del 105% y 113% para las oficinas liquidadoras de A Coruña.

En cuanto a otros objetivos de las oficinas liquidadoras, el de mora (inferior a 3 meses en sucesiones y donaciones y 2 en transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados) "se cumplió en todas las oficinas menos en una". Y en el stock de expedientes antiguos (el porcentaje de expedientes con una antigüedad superior a 2 años que sea inferior al 5% del total de pendientes) "no detectó incumplimientos".