2020 pasará a la historia como el año del COVID. Es el año de la crisis sanitaria que dejó la economía mundial en unos números sin precedentes y que abocó a miles de familias al ahogo financiero y a un futuro incierto. Parón de la actividad, ERTE, negocios que echan el cierre, despidos…son las consecuencias a las que se han visto abocados sin excepción todos los sectores económicos, unos más golpeados que otros por la pandemia. Y dentro de una misma actividad, la evolución según el territorio no ha seguido los mismos patrones. En Galicia, la construcción no ha sido ajena al embate del coronavirus, pero en el peor momento de la crisis ha logrado salvar sus cimientos y ha sobrellevado mejor que otras comunidades el impacto del coronavirus. En los primeros diez meses del año, la inversión de las administraciones en obra pública en la comunidad gallega alcanzó los 721,7 millones de euros.

Aunque el COVID dejó huella en los proyectos sacados a concurso en Galicia, con una caída en la licitación del 7,4%, el sector de la construcción en la comunidad es uno de los que mejor han capeado los efectos de esta crisis. Xunta, Estado, concellos y diputaciones se dejaron cada día este año una media de 2,4 millones en infraestructuras y edificaciones, lo que supone un 17% más que la media en el conjunto del país. De hecho, la industria constructiva gallega es la que mejor ha resistido los tijeretazos impuestos por el COVID: con esa caída del 7,4%, la comunidad está en la cola de los recortes de todo el país, que en conjunto ha tenido que hacer frente a un desplome en la licitación del 32,6%.

Entre enero y octubre, las administraciones inyectaron en España apenas 10.500 millones de euros a carreteras, puertos, aeropuertos, proyectos hidráulicos, edificaciones civiles… Un volumen inversor que se queda muy por debajo de los más de 15.500 del mismo periodo de 2019. En el mapa regionalizado, Galicia es la que mejor soporta los números rojos de esta crisis, con una licitación que en los diez primeros meses alcanza los 721,27 millones, según el informe de la Federación Gallega de la Construcción.

Al mayor tijeretazo en obra pública han tenido que enfrentarse las grúas y las excavadoras en Murcia (-80,4%), Cantabria (-69%), Extremadura (-53%) o Aragón (-43%), tal y como recoge el balance por territorios de la patronal Seopan. Comunidades limítrofes como Asturias y Castilla y León acumulan una caída en licitaciones del 18,9% y el 40%, respectivamente.

En Galicia, la Xunta es hasta el momento la única administración que rompe la tendencia a la baja. Con partidas que alcanzaron en los primeros diez meses del año los 333,7 millones, esta inyección de fondos supera en más de un 12% los casi 298 millones de hace un año. Por el contrario, el Estado recortó su licitación un 34,5% (hasta los 107 millones); los concellos, un 14,22% (poco más de 208 millones) y las diputaciones, casi un 12% (43,6 millones).

Administraciones y provincias

Las partidas del año COVID han dado un vuelco a la tarta de la obra pública en Galicia. Si hace años era el Estado el que publicitaba en los boletines oficiales el mayor volumen inversor —la obra estrella era el AVE— con ocho de cada diez euros sacados a concurso en la comunidad, hoy es la Xunta la que acapara las inversiones: casi la mitad —en concreto el 46,4%— El segundo puesto es para los concellos, con casi el 30% del total. A la cola está ahora el Estado, con apenas el 19% de las inversiones en la comunidad, junto con las diputaciones (6%) y las universidades (menos del 4%), según datos de la patronal gallega.

El año se cerrará con un balón de oxígeno por parte de la Administración autonómica, que la semana pasada anunció para este mes de diciembre una inyección de 152 millones en obra pública con el objetivo de dinamizar la economía y crear 2.800 empleos, según anunció la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, tras reunirse’ con el presidente de la Federación Gallega de la Construcción, el coruñés Diego Vázquez Reino, y los responsables provinciales del sector.

Por provincias, A Coruña y Pontevedra están casi a la par en los proyectos licitados; 285,3 millones de euros y 290,62, respectivamente. Pero Pontevedra es la única provincia gallega que protagoniza un aumento de las partidas para obra pública (+7%). A la cabeza de los recortes se coloca Ourense (casi -45%), seguida de Lugo (-15%) y, finalmente, A Coruña (-5%).

La inversión de las ciudades aumenta casi un 30%

En el conjunto del mapa municipal de Galicia, la licitación de obra pública en los primeros diez meses ha caído un 14,2%, al pasar de los más de 242 millones inyectados en 2019 a los poco más de 208 millones hasta de octubre. Casi uno de cada tres euros que se dejan las administraciones locales en infraestructuras y edificios civiles procede de las arcas de las ciudades. Las siete urbes sacaron este año a concurso proyectos por más de 60 millones, un 28% más que el ejercicio pasado. Vigo y A Coruña, por este orden, se colocan a la cabeza el volumen inversor en el año del COVID, con 23,25 y 11,11 millones licitados, respectivamente, en los diez primeros meses del año. En el primer caso, la inyección de fondos cayó un 12,6% respecto a 2019, mientras que en el caso de la ciudad coruñesa la licitación de obra pública creció más del doble (entre enero y octubre del año pasado se convocaron proyectos por 4,84 millones). Lugo cuadruplicó sus partidas, de 1,9 millones pasó a casi 8,6 millones. Santiago casi triplicó la licitación: más de 6,6 millones frente a poco más de 2,5 millones de hace un año. Ferrol también se dejó este año más inversiones en este tipo de infraestructuras; en concreto 5,4 millones mientras que hace un año las partidos fueron de poco más 2 millones. Le sigue en el ranking Pontevedra, aunque en este caso se redujo a la mitad la obra pública licitada: apenas 4 millones frente a los casi 8 millones del mismo periodo de 2019. Ourense también inyectó más fondos este año, aunque fue la ciudad gallega con la cifra más baja, 1,24 millones, casi un 40% más que hace un año. Con estos datos, Vigo, A Coruña y Lugo encabezan en ranking de los ayuntamientos gallegos que más obra pública licitaron este año. Le siguen Arteixo (6,7 millones), Santiago (6,6), Ferrol (5,4) y Carballo (4,6). En el extremo opuesto, Vilariño de Conso (poco más de 3.000 euros), Pobra do Brollón (apenas 19.000) y Xunqueira de Espadañedo (casi 30.000).