Rosario Porto, condenada a 18 años de cárcel por el asesinato de hija Asunta Basterra en 2013, descansa desde ayer en el panteón de su familia materna situado en el cementerio de Boisaca, en Santiago de Compostela. Al entierro, un mes después de suicidarse en la prisión de Brieva (Ávila), asistieron ocho personas, entre ellas familiares y el que fue su abogado, José Luis Gutiérrez Aranguren.

El cuerpo de Porto recibió sepultura sobre las 13.30 horas. El coche fúnebre llegó a Boisaca minutos antes y, tras acceder hasta donde se encontraba la tumba por la entrada principal, los operarios introdujeron el féretro. Frente a la lápida, un pequeño grupo de personas con mascarilla acompañaron la entrada del ataúd en un sobrio acto bajo el sol que se celebró sin sacerdote y sin palabras por parte de los presentes. El féretro descansa en el panteón familiar, donde también reposa su madre y unos tíos.

El cortejo fúnebre partió ayer por la mañana desde el tanatorio de Ávila, donde permaneció el cuerpo de Rosario Porto desde que se suicidó el pasado 18 de noviembre en la cárcel de Brieva y hasta que el juez autorizase su traslado hasta la capital gallega. Porto apareció muerta en su celda siete años después del asesinato de su hija adoptiva por la que ella y su exmarido, Alfonso Basterra, fueron condenados a 18 años de cárcel. Desde su condena, Porto su inocencia.

Fueron los funcionarios de la prisión los que encontraron a Porto muerta en su celda, colgada de un cinturón de tela atado a la ventana. Tenía toda la celda recogida, incluidas pertenencias, lo que hace pensar que tenía meditada su decisión. Ya había intentado quitarse la vida en otras ocasiones, la última el 12 de noviembre de 2018, y el 24 de febrero de 2017 fue ingresada en el hospital tras ingerir un medicamento que tomaba habitualmente por prescripción médica.

La de Brieva fue su última cárcel en un periplo que le llevó antes a estar A Lama (Pontevedra) y en la de Teixeiro (A Coruña), con el protocolo de prevención de suicidios activo en estas últimas cárceles y avisos entonces por parte de su abogado, José Luis Gutiérrez Aranguren, sobre el estado en el que se encontraba.

La pasada semana se reveló también quiénes son los herederos de Rosario Porto. En su testamento aparecen cuatro nombres: sus dos abogados, José Luis Gutiérrez Aranguren y Juan Guillán; María Teresa Sampedro Portas, amiga de la niñez de su madre y quien la apoyó después de su ingreso en prisión; y una prima, nieta de una hermana de su abuela.