Abandono del rural, despoblación, fincas sin registrar, amenaza de incendios y, sobre todo, minifundio. La Xunta quiere convertir el monte gallego en una fábrica de productos. Y para ello ha decidido tumbar el modelo de gestión forestal impulsado por el bipartito -las denominadas unidades de gestión forestal (Uxfor)- y presentar su propio plan para el desarrollo del monte gallego: las sociedades de fomento forestal (Sofor). Pero para la puesta en marcha de las primeras Sofor habrá que esperar hasta finales de legislatura ya que la Consellería de Medio Rural prevé que tan solo el proceso de preinscripción se prolongue durante al menos un año tras la publicación ayer en el Diario Oficial de Galicia del decreto que las regula y será necesario otro año más para agrupar las propiedades y acondicionar las parcelas.

Hasta un total de 600.000 dueños de pequeñas extensiones de monte -con un total de 1.200.000 hectáreas- podrán acogerse a este nuevo modelo de gestión forestal durante un periodo de 25 años, sin que ningún propietario tenga más del 33% de la superficie total de la nueva sociedad. Cada una tendrá una extensión mínima de 15 hectáreas y máxima, de 50, según la especie que se cultive en cada zona.

Ayudas

El Gobierno gallego anunció una serie de incentivos económicos para la creación de estas sociedades. Según apuntó Medio Rural, podrán recibir una ayuda que cubra la totalidad de los gastos para realizar la concentración privada de las propiedades gestionadas conjuntamente si la sociedad concentra la titularidad del 70% de la superficie. Además, tendrán subvenciones de hasta el 100% de los costes de redacción del proyecto y del instrumento de planificación de la gestión forestal.

Las diferencias entre las nuevas sociedades forestales y las impulsadas por el bipartito radican en que estas últimas eran entes administrativos que no podían vender madera u otros productos, mientras que las primeras operarán como sociedades mercantiles. Mientras en las anteriores si el 50% de los propietarios de las parcelas contiguas decidían agruparse, el resto estaban obligados a integrarse, ahora será de carácter voluntario.

Tres semanas después de que Leite Río descartase comprar la planta de Clesa en Caldas de Reis (Pontevedra), el conselleiro de Medio Rural desveló que Feiraco y Alimentos Lácteos se han interesado por la adquisición de la factoría. En respuesta a una interpelación del BNG en el pleno del Parlamento, Juárez destacó que, en cualquier caso, es necesario "esperar a que la propiedad de la planta se aclare sobre sus intenciones", por lo que las decisiones en Caldas están "condicionadas" por las determinaciones que adopte Nueva Rumasa.

La familia Ruiz Mateos, según dijo, trasladó ayer al Gobierno central su convicción de que las empresas del grupo son viables y su intención de reestructurar la deuda y sacarlas adelante. Juárez negó además que exista un proyecto impulsado por 23 cooperativas lácteas para hacerse con la planta de Clesa y apuntó que algunas trasladaron que no tenían interés en ese plan.

La Xunta -defendió el conselleiro- "seguirá trabajando con seriedad" y poniendo a disposición de los proyectos que surjan las herramientas de apoyo del Gobierno gallego. Además, recordó que, pese a que estaba concertada una reunión entre el Ejecutivo autonómico y responsables de la empresa para la semana pasada, fue cancelada y por lo tanto, todavía no ha habido un contacto directo entre estas dos partes.