La pandemia ha obligado a la Xunta a replantearse el modelo de residencias de la tercera edad y a buscar otras opciones que mejoren el confort de los mayores con soluciones que se asemejen más a un hogar. Y una de estas alternativas es el cohousing. Son viviendas colectivas en las que una comunidad de personas mayores cooperan y comparten recursos como la limpieza, la atención sanitaria, servicios de comidas... La Consellería de Política Social planea ya cuatro proyectos de este tipo para los que contempla una inversión de 12 millones de euros que espera financiar con fondos europeos. Su intención es rehabilitar cuatro aldeas abandonadas en el rural en las que puedan instalarse 300 mayores.

Éste es uno de los proyectos que el departamento que dirige Fabiola García ha remitido al Ministerio de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico, que el pasado mes de noviembre pidió a las comunidades una relación de sus propuestas para luchar contra la despoblación del rural que puedan ser incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que guiará la ejecución de fondos europeos. En total, la Xunta ha enviado al Gobierno un listado de varias iniciativas que ascienden a 71,3 millones de euros.

Todas ellas están enfocadas a revitalizar los concellos más pequeños, de menos de 5.000 habitantes. Y, aunque la mayor escasez de plazas para mayores está en las ciudades, la Consellería de Política Social apuesta por llevar el cohousing al rural. Se da de plazo hasta finales de 2022 para desarrollar estos cuatro proyectos, puesto que primero tendría que elegir las aldeas, rehabilitarlas y seleccionar a los candidatos “bajo criterios de interés social y sanitario”.

El cohousing está pensado para mayores que sean autónomos o con un grado de dependencia leve. Galicia es, junto con Asturias, la comunidad con la tasa de envejecimiento poblacional más elevada. Este hándicap dispara la demanda de atención social y sanitaria por parte de este colectivo y las viviendas compartidas son una alternativa que permite a los ancianos, no solo mantener cierta independencia, sino contar al mismo tiempo con los apoyos necesarios para el día a día. Y se ataja otro problema: el de la soledad. Más de 278.000 gallegos de más de 65 años viven solos.

Con la decisión de implantar estos proyecto de cohousing en aldeas abandonadas se da opción además a los mayores de disfrutar más del entorno y hacer más ejercicio, puesto que, según explica la Xunta, los mayores pasan el 65% del tiempo en interiores.

Según argumenta Política Social, en los documentos remitidos al Ministerio el cohousing se asemeja más a un hogar que a un hospital o una residencia. “Propone una mayor independencia e intimidad que los centros de mayores, dejando el modelo de los geriátricos para cuidados a dependientes”, señalan.

Además las viviendas serán “ecosostenibles” y tendrán todas las tecnologías de comunicación y domótica precisas para responder a sus necesidades de seguridad doméstica, comunicación con familiares y amigos, movilidad, asistenciales y de ocio y entretenimiento. Estarán “conectadas” en todo momento con los servicios sociales y sanitarios de modo que se garantice su atención inmediata en caso de necesidad bajo las modalidades de teleasistencia y telemonitorización.

También contarán con otras ventajas como programas de alimentación sana e individualizada. Habrá un servicio de comedor o reparto de comida a domicilio y también programas personalizados de ejercicios físicos y mentales que retrasen el deterioro físico o cognitivo.

Entre los proyectos de Política Social que aspiran a captar fondos europeos se incluye también la ampliación de las casas niño —la Xunta espera llegar este año a 100— y las casas del mayor. Para ello calcula que serán necesarios 12 millones de euros, lo que permitiría crear dos empleos por cada unidad que se abra.

Por otro lado, el Gobierno gallego aspira a captar 20 millones de euros para financiar su programa de transporte adaptado 065. Este servicio facilita a las personas con discapacidad o dependencia traslados para acudir a citas médicas, realizar trámites administrativos o acudir a tratamientos relacionados con su cuidado personal.

Casas en el rural para personas sin hogar

Uno de los objetivos de la Xunta es comenzar a repoblar el rural. Para ello se propone llevar a 400 familias en riesgo de exclusión social a concellos del rural, a las que se dotará de vivienda y se les prestará apoyo para que encuentren trabajo en este entorno. Así, se financiará su acceso a parcelas del Banco de Terras, se los formará y capacitará para trabajar en la agricultura, la ganadería, TIC, gestión de pymes..., se les dará acompañamiento social y servicios públicos, incentivos para hacerse cargo de explotaciones, así como avales para facilitar el acceso al crédito. La Consellería de Política Social prevé invertir 18 millones de euros en esta medida que espera financiar con fondos europeos. Ligado a este proyecto el Gobierno gallego plantea crear una bolsa de 200 viviendas que puedan ser cedidas gratis a personas sin hogar (housing first) o destinadas a casas compartidas (housing led) también para gallegos sin recursos. Esta bolsa estará formada por viviendas que pasaron a manos de la Xunta por herencias sin beneficiarios y también por otras cedidas por terceros. La Xunta aspira a captar 9,3 millones de fondos europeos para financiarla. La idea es actuar sobre 200 viviendas en el rural y mejorar su conectividad y su eficiencia energética. El proyecto se dirige a personas sin hogar o en riesgo de exclusión residencial (por desahucio o inadecuación de la vivienda). Se les ofrecerán servicios integrales de inclusión sociolaboral y se les dará una vivienda individual o compartida. Este modelo ya funciona en otros países y en varias ciudades españolas en País Vasco, Navarra o Madrid.