La trágica muerte de una niña de 3 años de Vilanova de Arousa en agosto de 2018, a causa del impacto del vehículo que conducía su madre con la parta trasera de un autobús escolar, no fue ocasionado por el golpe contra una tablet como inicialmente creyeron los servicios de emergencia, sino porque la silla de seguridad en la que viajaba la pequeña se desplazó. La investigación emprendida por la Guardia Civil de Tráfico y el estudio de los movimientos del coche indican que un accesorio de bebé kits, una barra metálica acoplada a la silla, que desplaza los SRI de anclaje al lateral para ganar más sitio en el asiento de atrás, se deformó y se desplazó hacia delante entre 5 y 7 centímetros en el momento del accidente.

Hubo una oscilación y la pequeña se golpeó contra la parte posterior del asiento del copiloto, donde había un aparato de DVD, como mantuvo desde el principio la familia, que negó siempre que la niña fuera jugando con una tablet. La pieza que se deformó y coadyuvó al fatal desenlace, es un accesorio que se anuncia a nivel nacional e incluso en revistas especializadas. Pero no está homologada según la respuesta que acaba de emitir el Ministerio de Industria a una consulta realizada con el fin de verificar la regulación de este tipo de dispositivos.

El informe de Industria levanta la alerta sobre 10.000 sillas infantiles que utilizarían el accesorio cuestionado. Ahora, tras los distintos informes y pruebas practicadas, la familia prepara una demanda civil contra los fabricantes del complemento, según avanza su letrado, Juan Carlos Cabada: “Desde el principio teníamos claro que la muerte de la niña se produjo porque la silla infantil se desplazó. Presentamos reclamaciones y ni el fabricante del vehículo ni el de la silla reconocen el dispositivo como homologado. El fabricante decía que ellos no eran responsables porque su aparato era de uso legal en España”.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles, por su parte, informa de que en las distintas agrupaciones de las unidades de Tráfico de la Guardia Civil se ha recibido un escrito que imparte instrucciones sobre la forma de actuar de los agentes “en caso de encontrarse con usuarios que hagan uso de un dispositivo no homologado comercializado, con la finalidad de desplazar los SRI colocados en el asiento trasero del vehículo hacia el laterial/exterior con el fin de aumentar el espacio en la plaza central del mismo”.

Los agentes que se encuentren con el uso del mecanismo en alguna silla infantil “deberán formular el correspondiente boletín de denuncia”. Una infracción que a día de hoy está sancionada con 200 euros de multa y la detracción de 3 puntos del carné de conducir, aunque cuando se pruebe el anteproyecto de reforma del carné por puntos, se retirarán 4 puntos por el uso del engranaje.