Testamentos, herencias, pactos sucesorios, bodas, hipotecas... Son los documentos más habituales por los que miles de ciudadanos acuden a diario a las notarías, un lugar serio por el halo de solemnidad y el manto de seriedad que rodea a los fedatarios públicos. Pero sus despachos son testigo de un sinfín de anécdotas de los más disparatado. En Notario de guardia los periodistas Javier Ronda y Marián Campra, él de Ceuta y ella de Córdoba, dan fe de estas historias que arrancan una sonrisa y hasta una carcajada. El libro es un recorrido por las notarías de España, entre ellas las de Galicia, en busca de la situación más insólita.

Peleas por una máquina de coser en una herencia millonaria, vivos que se hacen pasar por muertos en un testamento y que esconden al difunto, un testamento que señala como heredero universal al gato, unas urnas funerarias en una hipoteca de un piso, bodas góticas en una notaría o en un balneario, bebés llorones pero se quedan dormidos nada más el notario da lectura de una escritura de compra de una vivienda... Son algunas de las más de 200 situaciones atípicas que recoge la pareja de periodistas tras recorrer un centenar de notarías. “Es la primera vez que se escribe un libro así en España”, destaca Ronda, que ha contado con el apoyo del Consejo General del Notariado y con los colegios notariales.

Las situaciones recogidas en el libro, a veces desternillantes, rompen con el dicho “eres más serio que un notario”. En su singladura por las notarías del país, Javier Ronda y Marián Campra se han encontrado de todo: notarios jóvenes, profesionales de reciente incorporación conectados en red que reflejan una imagen moderna del sector, notarios más expertos con modernas notarías en la ciudad y los más mayores adaptados a las nuevas tecnologías.

En una notaría gallega, un hombre se acercó para hacer testamento. Tras desgranar legados, al final dijo querer destinar “el campo de mi hermano” a una persona determinada. El notario, perplejo, quiso aclarar la situación. Pensando que se había equivocado, le planteó sus dudas: “¿Se refiere al campo que colinda con el de su hermano? ¿Al que tiene con su hermano? ¿El que compró a su hermano?”. A cada pregunta, el testador contestaba no. “¿Y entonces?”, le preguntó. Según el testador se trataba de “legado de cosa ajena”.

Una mujer hace testamento para su gato. | // PACHI

En un concello de A Coruña, una notaria se desplaza para la entrega de una notificación con el maletín y el oficial. La destinataria se encontraba a la labranza a lo lejos. No dejaban de gritar: “Señora de la notaria, venga”. Al cabo de una rato, la mujer se acerca y le confiesa su confusión: ”¡Ah! de la notaria, es la notaria, pensaba que eran Testigos de Jehová con ese maletín y en pareja”.

Divorcio y reboda

Unos meses antes de la pandemia, una pareja acudió a una notaría coruñesa a poner punto y final a su matrimonio, En pleno estado de alarma, con el confinamiento, llaman de nuevo al despacho... Querían casarse de nuevo.

En otra notaría gallega, un hombre se presentó para hacer un requerimiento notarial a su madre para que volviera a casa. Contaba el hombre que la madre vivía con él y su esposa. Un día, aprovechando que ellos no estaban, llegó su hermana y se la llevó. Él, sabiendo la costumbre de dejar la casa al hijo que cuidase a los padres, quería que su madre regresara a toda costa. La hermana estuvo más rápida y maniobró mejor que él para quedársela.

Javier Ronda y Marián Campra, autores de ‘Notario de guardia’. | // L. O.

En otra ocasión, en una notaría en la costa gallega, se iba a firmar convenio entre una entidad bancaria y un colectivo pesquero. Los pescadores tenían unas ventajosas condiciones a la hora de pedir un préstamo para comprar una casa. El notario no deja de mirar el euribor y el variable. Al final no puede resistirse y les espetó: “¡Ya quisiera tener yo estas condiciones para mí si tengo que pedir una hipoteca!”.

En otra notaría coruñesa los herederos hicieron leer el testamento palabra por palabra “al más puro estilo americano y cinematográfico”, entre lloros, alegrías y alguna decepción entre los herederos”. Tras la lectura, se pudo escuchó, “así quedó”.

En la notaría de Cuntis, el próximo mes de marzo se va a celebrar la primera boda de la historia, ante notaria. Es una facultad que tienen los notarios desde el año 2015, bodas y divorcios sin hijos, casar y descasar.