La segunda jornada del juicio en el que están acusados el exconcejal de Lugo y expresidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, Francisco Fernández Liñares, y nueve empresarios acogió el testimonio de varios agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), que se ratificaron en sus informes en los que hablaban de entregas de dinero, aunque no las presenciaron.

Además, esta sesión, en la que se renunció a la comparecencia de varios agentes, estuvo muy centrada en la declaración firmada por el principal encausado en el marco de una cena con los agentes en Santa Comba, de camino del último registro en su inmueble de Dumbría hasta los calabozos de Lugo en septiembre de 2012.

En la media docena de testificales que se realizaron, los agentes se ratificaron en los informes emitidos. El primer agente en testificar se centró en la existencia de un documento encontrado en el domicilio habitual de Liñares en el que aparecían “iniciales”, que se corresponden según los investigadores, con las identidades de los empresarios.

Este funcionario indicó que en ese documento encontrado había una suerte de asiento contable que empezaba el 1 de mayo de 2012 con una anotación de 424, que entienden que era 424.000 euros, a lo que se añadían unos ingresos probables por aportaciones de 20 o 15.000 euros y que después de unas operaciones —giros a una empresa de publicidad— el saldo resultante sería 215.000 euros. “Un manuscrito en casa del señor Liñares”, reseñó. Liñares negó en su declaración inicial (el martes) reconocer su letra en los documentos incorporados al sumario, a preguntas de su abogado. En esta sesión del juicio preguntó a este agente del Servicio de Vigilancia Aduanera si había cotejado o había algún informe que corroborase que la caligrafía de esas anotaciones se corresponde con la de Liñares. A esta cuestión indicó que el informe lo hicieron otros cuerpos de seguridad (Policía Judicial y Guardia Civil) y que entendía que se habían hecho las comprobaciones correspondientes, si bien no pudo afirmarlo. Uno de los agentes dijo que el propio Liñares lo reconoció en un contexto informal —el día de los registros— pero que no figuraba en la declaración firmada.