Ha tenido que pasar una década para que los ayuntamientos gallegos superen la marca histórica de 772 millones que pagaron en 2009, en época de vacas gordas, a sus trabajadores. En 2019 se gastaron 776 millones en remunerar a su personal.

La fotografía fija del montante total de las nóminas de los empleados de los concellos es una gran uve. Eso sí, con el primer palo más pequeño que el segundo. Hasta el ejercicio de 2019, el techo de gasto en sueldos estaba en los 772 millones que se alcanzaron en 2009. Después, debido a la crisis y al ajuste que tuvieron que realizar todas las administraciones, la partida sufrió tres años de caída hasta los 652 millones de 2012.

Desde entonces ha enlazado siete ejercicios de subidas hasta los 776 de 2019. Si la caída en el periodo 2010-2012 fue del 15%. La subida entre 2013 y 2019 ha sido del 19%. Como consecuencia, los ayuntamientos gallegos superaron el récord histórico de gastos en personal en 2019 tras incrementar la cifra un 4,7% con respecto a 2018.

La partida que los concellos dedican a remunerar a sus trabajadores ya supone casi un tercio de todos los ingresos: el 31%.

En los años anteriores a la crisis, la entrada de dinero vía impuestos en las arcas de los concellos también repercutió en el personal que trabajaba en ellos. Aumentó el número de empleados y con ello también la partida para retribuirlos. Pero llegó la crisis y el panorama cambió. Las administraciones locales se apretaron el cinturón para recortar sus gastos y una de las partidas que más redujeron fue la dedicada a pagar los sueldos de sus plantillas.

El año 2009, uno después de que estallase la crisis económica, fue el último desde el inicio del siglo en el que aumentó la cifra dedicada a pagar a los empleados de las instituciones municipales. Aquel ejercicio se llegó a los 772 millones, una cantidad récord que no se había logrado antes y que ha tardado una década en ser superada.

Llegan los recortes

A partir de ese año, y coincidiendo con la entrada de las nuevas corporaciones municipales en mayo de 2011, llegaron los recortes: 120 millones en solo tres años. De 772 a 652. Una cifra similar a la que se abonó en 2007.

Pero tras tres ejercicios de bajadas, comenzó una nueva época expansiva de las cuentas de las administraciones locales a partir de 2013. Ese ejercicio, por primera vez tras tres años de disminución del dinero reservado para pagar las nóminas de sus trabajadores, los concellos dejaron de apretarse el cinturón y la partida para los sueldos aumentó en 28 millones. Desde entonces ha crecido en 124 (un 19%) hasta los 776 actuales, según los últimos datos del Ministerio de Hacienda.

De los siete conceptos en los que se desglosan los gastos de las plantillas de las corporaciones municipales, los siete aumentaron en 2019 con respecto al año anterior. De ellos, hay tres que aglutinan casi nueve de cada diez euros que reservaron para pagar a sus empleados. La partida más cuantiosa es la del personal funcionario (el 35% del total), con 273 millones; le siguió la del personal laboral (30%), con 238, y, en tercer lugar, las cuotas, prestaciones y gastos sociales (20%), con 161. En otras partidas como la de los altos cargos se gastaron 23 millones; en incentivos al rendimiento, 15, y en personal eventual de gabinete, 5.

Si en los últimos siete años, la partida total reservada para las plantillas de los trabajadores de los ayuntamientos gallegos se ha incrementado en un 19%, la de los altos cargos ha crecido la mitad: un 10%.

Para 2020, los ayuntamientos habían presupuestado que se gastarían en sus trabajadores 817 millones lo que supone un 5,2% más que el año anterior. Mientras que las diputaciones desembolsarían 159,9 millones, un 11,2% más.

En ambos casos no se puede hacer una comparación, porque los datos de 2019 ya están cerrados y los de 2020 son aún estimaciones que cuando se presente la liquidación de los presupuestos pueden tener variaciones, y más con la pandemia del coronavirus que ha obligado tanto a las instituciones locales como a las provinciales a modificar sus presupuestos.

Sin embargo, sí se puede realizar una comparación con la estimación de gasto que habían previsto las administraciones locales en 2019 y la que fue al final. Los ayuntamientos presupuestaron ese año 773 millones. Al final fueron 776, y las diputaciones, 148. Al final fueron 143. El avance de los presupuestos para 2021 aún no se ha publicado.

Las diputaciones se quedan a solo cuatro millones de alcanzar su mejor cifra

Si los ayuntamientos rompieron en 2013 la racha de tres años de recortes en las nóminas de sus trabajadores, y desde entonces han enlazado siete años de subida, en las cuatro diputaciones la evolución ha sido bastante similar, aunque en 2019 no batieron el récord del importe de los sueldos, como lo hicieron los concellos. Eso sí, marcaron la segunda mayor cifra de la historia. En 2019, la partida que las diputaciones dedicaron para pagar a sus empleados se incrementó en 11 millones con respecto al año anterior hasta los 143. Esta cifra solo ha sido superada por los 147 que se abonaron en 2010. La foto fija de las nóminas de los empleados de las instituciones provinciales en los últimos ocho años es una uve perfecta. El máximo se alcanzó en 2010 con 147 millones, y a partir de ese año encadenó cuatro ejercicios a la baja hasta los 118. Desde entonces, otros cuatro años al alza hasta los 143 de 2019. Si en el periodo de descenso, la caída fue del 19%, en el cuatrienio siguiente el alza ha sido del 21%. Nueve de cada diez euros que las diputaciones reservaron en 2019 para los gastos de personal fueron a tres partidas: personal funcionario (el 52% del total); cuotas y prestaciones (22%) y personal laboral (19%). De las siete partidas en las que se dividen los gastos de las plantillas, subieron todas, excepto los incentivos al rendimiento que bajaron de 7,2 millones a 6,1.