Impuestos, gastos de mantenimiento, restauración o reformas... Solo el cuidado del jardín de un castillo, un pazo o una casa señorial puede superar los 2.000 euros al mes. Los hijos, nietos o bisnietos de las familias nobles de Galicia no pueden o, simplemente, no están dispuestos a costear las facturas de tantos ceros que dejan este tipo de edificaciones, más propias de un libro de Historia que del día a día de un ciudadano medio. La crisis derivada del estallido de la pandemia ha forzado la salida de este tipo de inmuebles al mercado inmobiliario, ya que los herederos se ven ahogados por una cadena de gastos que les traen más quebraderos de cabeza que beneficios les da en la actualidad estos edificios singulares. De los 900 pazos catalogados en Galicia en el Inventario Xeral de Patrimonio, están a día de hoy a la venta 200, lo que supone el 25% del total. ¿Los precios? Solo unos pocos puede permitirse la adquisición de este tipo de inmuebles ya que el coste oscila entre los 195.000 euros y los 5 millones de euros. La mayoría están por encima de los 600.000 euros e incluso hay varios que tienen precio oculto y que tan solo contactando con los propietarios se ofrece información.

En los últimos años, muchos de estos castillos y pazos se han convertido en casas rurales o establecimientos para festejos de alta alcurnia. Pero con el estallido de la crisis, estos negocios han pinchado y ahora sus herederos quieren deshacerse de ellos para poner el contador de gastos a cero.

“Dos de cada diez necesitan una importante reforma y rehabilitación ya que su nivel de deterioro es importante”, apunta el presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Hoy en día, según destaca, los propietarios de estos inmuebles son herederos, en algunos casos varios hijos o nietos, con lo que si la gestión ya es complicada por parte de un único titular más lo es en caso de dos, tres o incluso más. El hecho de que muchos de estas edificaciones sean Bienes de Interés Cultura (BIC) lleva a cada vez más familias a querer deshacerse de ellos, que se enfrentan a sanciones si no invierten en su conservación. Por ello, la patronal inmobiliaria reclama a las administraciones ayudas especiales para la conservación y mantenimiento de este tipo de inmuebles, con la comunidad gallega a la cabeza de estas construcciones señoriales en el conjunto del país.

“Los pazos en Galicia son un losa burocrática, fiscal y económica demasiado pesada para la mayoría de sus propietarios”, explica el presidente de Fegein. En las últimas dos décadas, una parte de ellos se comercializaba para negocios de hostelería con encanto, pero la situación actual derivada de la crisis del COVID “los ha dejado en la UCI económica”. Iglesias advierte de que su alto coste de mantenimiento y una constante rehabilitación y reforma no está al alcance de muchos de sus propietarios, sobre todo —reitera— de aquellos que ejercen su propiedad por herencia y “cuya coyuntura económica les hace muy difícil sostenerlos en óptimas condiciones de conservación”. A modo de ejemplo, retejar una construcción de este tipo puede superar los 150.000 euros. Ante estos elevados gastos y por tratarse en muchos casos de herencias entre varios propietarios, derivan en su puesta en el mercado de comercialización.

El sector inmobiliario reconoce que resulta difícil colocar estos inmuebles en el mercado. Por un lado, los que están en buen estado necesitan de un comprador de alto standing por el desembolso que requieren. Y los que se encuentran deteriorados exigen además de la inversión para la adquisición un importante gasto en la rehabilitación, en su mayoría por encima del medio millón de euros. Hace años los pazos eran un propiedad muy codiciada entre profesionales de la restauración, en su mayoría extranjeros. “Pero a día de hoy apenas hay inversión extranjera”, apuntan desde la patronal inmobiliaria. Ante la situación actual del mercado inmobiliario y el desplome del turismo por el impacto del COVID, Iglesias advierte de que los precios se tendrán que rebajar si se quiere encontrar un comprador.

Cada vez más propiedades exclusivas a la venta

Pazos de linajes que hicieron fortuna y alcanzaron la nobleza hace ya siglos, casas señoriales donde vivía la aristocracia, castillos que mantienen vivas leyendas de nobles cuyos fantasmas todavía moran por sus pasillos... Galicia es la comunidad autónoma con más propiedades exclusivas que suman cientos de años de historia entre sus paredes. Misterio y fascinación rodean a este tipo de inmuebles al alcance de muy pocos y que la mayoría pertenecen hoy a varios herederos: hijos o nietos que ante los elevados costes de mantenimiento o por que ya no residen en la comunidad gallega deciden colgar el cartel de Se vende. En los últimos años se produjo un repunte de la venta de herencias de estas edificaciones, pero con la crisis provocada por el estallido del COVID son cada vez más los pazos, castillos y casas señoriales en el circuito de comercialización. Son contadas las propiedades de este tipo que están en el mercado por un precio inferior a los 200.000 euros, como es el caso del pazo de Baralla, de 195.000 euros. Con unos costes similares se encuentran a la venta edificaciones similares en Os Ancares (225.000 euros), Sarria (250.000) o Sandiás (400.000) y O Ribeiro (480.000). Ya el resto de los pazos, casas señoriales o castillos que se levante por toda la geografía gallega superan el medio millón de euros, el 20% de ellos con un importante nivel de deterioro que exige una importante inversión para que recupere la habitabilidad y el encanto de hace años. La mayoría presentan precios prohibitivos ya que están por encima del millón de euros. Un castillo en la ría de A Coruña, un pazo en Ribeira Sacra y otro en Castroverde, en O Páramo y Vilagarcía (1,5 millones cada propiedad), junto con un pazo en San Cibrao das Viñas (2 millones), otro en Baiona (2,7 millones) o uno en Bergondo (3,8 millones) destacan por sus precios. Y por encima de los 6 millones figura una casa palacio con varias fincas exclusivas con vistas al mar en Rianxo.