Todavía hay conductores y pasajeros que inician un viaje por carretera sin hacer el clic que puede salvarles la vida en caso de colisión o salida de vida. El uso del cinturón de seguridad reduce en un 50% el riesgo de fallecimiento y las lesiones en torno al 75%. Pese a que solo se requieren unos segundos para abrocharse el dispositivo, las patrullas de la Guardia Civil interceptan cada día una media de 110 infractores en las carreteras gallegas.

Pese a que el año pasado descendió el número de víctimas mortales en Galicia que viajaban sin cinturón de seguridad (turismos o furgonetas) —uno de cada cuatro, aunque hubo años que llegaron a superar el 30%—, Tráfico está en alerta por el volumen de reincidentes que salen a la carretera sin hacer uso del dispositivo salvavidas. En los últimos cinco años, casi 1.500 conductores fueron denunciados en la comunidad gallega al menos en dos ocasiones por resistirse a usar el cinturón, el 10,5% del total en España con un total de 14.083 infractores interceptados en ese periodo, según datos de la DGT.

En la actualidad, el viajar sin cinturón de seguridad acarrea una multa de 200 euros y la retirada de tres puntos del permiso. Con la reforma de Tráfico, que está previsto que entre en vigor a finales de este año, se pasará a restar cuatro, uno más que ahora. Bastarán, por tanto, tres infracciones por esta conducta para dejar el saldo de puntos a cero y, en consecuencia, tener que asistir a un curso de recuperación y volver a examinarse para ponerse de nuevo al volante.

Año COVID

2020 está marcado en rojo en los mapas de Tráfico. Ni el estallido del coronavirus ni las restricciones de movilidad impuestas por el estado de alarma han conseguido corregir la conducta de muchos conductores. En el caso de Galicia, al contrario de la tendencia experimentada en el conjunto del país, donde cayó el número de reincidentes al uso del cinturón (2.883 el año pasado frente a los 3.144 del ejercicio anterior, un 8,3% menos), la cifra de conductores que suman dos o más expedientes sancionadores por esta conducta alcanzó los 346, el balance más alto del último lustro y que supone 11% más que el año prepandemia.

Los psicólogos creen que este comportamiento en determinados conductores puede asociarse a ciertos factores de personalidad, actitudes y nivel de gestión del riesgo. Suelen tener en común, coinciden los expertos, una falta de aceptación de las normas que, no solo se circunscribe al ámbito del tráfico, sino a su vida en general, con comportamientos impulsivos, impetuosos, que les impiden reflexionar sobre las consecuencias que pueden tener sus comportamientos para ellos mismos y para el resto de personas que viajen con él en el vehículo.

Provincias

De las cuatro provincias gallegas, A Coruña y Pontevedra concentran el grueso de los reincidentes por falta de cinturón de seguridad, con un total de 592 expedientados en las carreteras coruñesas durante los últimos cinco años (40% del total en la comunidad) y 498 en las vías pontevedresas (33,6%). En Lugo fueron interceptados al menos en dos ocasiones por esta conducta 227 conductores (15,3%) y finalmente en Ourense, 165 (11,1%).

En el año de la pandemia, Pontevedra se colocó a la cabeza de los reincidentes por no hacer uso del cinturón de seguridad (142, el 41% del total en Galicia), seguida de cerca por A Coruña, con 123 casos (35,6%), y casi a la par Ourense, con 41, y Lugo, con 40.

Desde su implantación en 1958 ha salvado más de un millón de vidas en España, según cifran algunos informes de seguridad vial. Pero también reduce las lesiones y su gravedad. El cinturón de seguridad retiene y evita que el cuerpo se golpee contra superficies duras en caso de accidente, por eso, cuando un conductor o pasajero no lo lleva y viaja libre dentro del vehículo, sea cual sea el asiento que ocupe, un simple frenazo provoca un desplazamiento del cuerpo, un choque contra el parabrisas o elementos como el salpicadero o contra otro pasajero. A 50 km/h, el resultado de una colisión es similar a caer desde un segundo piso.

De hecho, el propio impacto puede provocar roturas en los órganos internos. A modo de ejemplo, un golpe en el tórax puede fracturar las costillas y convertirlas en cuchillas sobre los pulmones y el estómago, al igual que las arterias o la vejiga, también puede romperse por el impacto. Además, están las posibles lesiones en la columna vertebral con las fatales consecuencias que éstas tienen. Por el contrario, si se viaja con el cinturón abrochado de forma correcta, estos traumatismos son prácticamente imposibles.

Cifra alarmante el primer trimestre

Hay estampas en carretera más propias de los años 80 que del siglo XXI. Niños en el regazo de algún familiar, padres con el menor al volante, conductores que abrochan el cinturón de seguridad a la espalda para evitar el “molesto pitido” antes de arrancar, infractores interceptados sin el dispositivo que ya han agotado al menos tres veces el saldo de puntos... Y pese a las campañas de concienciación y de vigilancia, las negras estadísticas revelan la falta de conciencia que hay en la actualidad sobre el uso del elemento salvavidas.

En lo que va de año, la mitad de los conductores y pasajeros muertos en las carreteras gallegas que deberían hacer uso del cinturón viajaba sin él. El balance de accidentalidad mortal en Galicia el primer trimestre de este 2021 deja un total de 16 fallecidos, entre ellos dos peatones y dos motos. De los que debían hacer uso del cinturón, los 12 restantes, cinco conductores y pasajeros no lo llevaban. De haber viajado con el dispositivo de seguridad, según revelan las investigaciones practicadas en cada siniestro, se habrían salvado. Esta cifra podría aumentar ya que en el accidente ocurrido en la localidad coruñesa de Sobrado dos Monxes el domingo, que se saldó con dos fallecidos, se está pendiente del resultado del análisis practicado.