Cuando en 2012 la Xunta decretó que los socorristas de la comunidad debían contar con un certificado de profesionalidad para poder ejercer, desde entonces, verano tras verano, se produce un déficit de este personal en playas y piscinas públicas. Para corregir esta situación, el Gobierno gallego está elaborando un nuevo decreto por el que se abren nuevas vías para obtener la acreditación, aunque, como precisa, sin por ello descuidar “los estándares de calidad y capacitación” establecidos en la norma de 2012.

Antes solo había tres vías de formación para acceder, pero ahora se habilitarán otras siete nuevas para ejercer como socorrista en instalaciones acuáticas y cinco nuevas para poder intervenir en espacios naturales.