Marzo ha sido un mes negro en las carreteras gallegas. Un total de 10 víctimas mortales en accidentes de tráfico, más del triple que hace un año (tres fallecidos), coincidiendo con el estallido del COVID que obligó a decretar el estado de alarma el 14 de marzo, con el consiguiente confinamiento y las restricciones en los desplazamientos. Al recuperar la movilidad, los viajes por carretera han aumentado y, en consecuencia, las probabilidades de sufrir una salida de vía, colisión o atropello aumentaron. La pandemia, según advirtieron las autoridades de Tráfico, provocó un aumento de las infracciones de velocidad en Galicia (20.000 más en 2020 que el ejercicio anterior, pese a las limitaciones de los viajes) y en los últimos meses se detectan en solo un fin de semana tantos positivos en alcohol y/o drogas como antes de la crisis sanitaria en toda una semana. Velocidad y consumo al volante, combinaciones que resultan nefastas con la conducción.

En el primer trimestre de este año, se produjeron en la red viaria de la comunidad diez siniestros mortales que dejaron 16 fallecidos, un 14,3% más que los 14 registrados en el arranque de 2020, según datos del Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste. A Coruña repite estadística tras estadística como la provincia con el peor balance de accidentalidad, con casi la mitad de los muertos de toda la comunidad: un total de 7. En este caso, cierra los primeros tres meses del año con un fallecido menos que el ejercicio pasado. Le sigue en la tabla autonómica, Pontevedra, con cuatro víctimas mortales en el arranque de 2021, el doble que hace un año. Lugo repite con el mismo balance (2 fallecidos) y en las carreteras de Ourense los accidentes de tráfico se cobraron la vida de tres personas, una más que hace un año.

Detrás del aumento de los fallecidos en la red viaria de la comunidad el pasado mes de marzo está la recuperación de la movilidad, ya que el año pasado, la última quincena estuvo marcada por el estado de alarma derivado de la crisis sanitaria. Ourense es la excepción en el mapa autonómico: la única provincia gallega que en marzo no tuvo ningún fallecido en sus carreteras. En el extremo opuesto está A Coruña, con seis fallecidos, el triple que un año atrás (dos víctimas mortales), lo que supone más de la mitad de toda Galicia (10). En Lugo se mantienen las cifras de 2020 (un muerto), mientras que en Pontevedra se pasó de no tener ninguna víctima en marzo del año pasado a tres.

Estos datos convierten el mes de marzo en las carreteras de Galicia en el primero de 2021 que supera en número de accidentes mortales a su antecesor en 2020.

En cuanto a las edades de las víctimas, cuatro tenían entre 35 y 44 años. Dos tenían entre 0 y 14 años, concretamente los dos menores que perdieron la vida en Salceda de Caselas junto a su madre tras la invasión de otro vehículo del carril por el que circulaba la familia, según los primeros indicios de la investigación. El cuadro se completa con dos muertos mayores de 65 años, otra víctima en la franja de 25 a 34 y otra de 45 a 54 años.

Según datos del Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste, con sede en A Coruña, de los ocho accidentes mortales ocurridos en marzo, dos fueron colisiones, dos atropellos, dos vuelcos y dos responden a otras tipologías. Además, cuatro de todos estos sucesos se produjeron por una salida de la vía —estas se contabilizan de forma simultánea a los demás tipos de accidentes—.