La Policía Autonómica ha tenido que hacer frente al año de la pandemia con una plantilla bajo mínimos. Tres meses después de que la Xunta reclamase de nuevo al Ministerio del Interior que completase el catálogo de la Unidad de la Policía Nacional adscrita a Galicia (UPA), las vacantes siguen sin cubrir. En la actualidad, son un total de 388 los agentes que están operativos y que se encargan de prevenir e investigar incendios forestales, casos de violencia de género, infracciones cometidas por menores o la aparición de vertidos, entre sus principales líneas de actuación. Se trata del plantel más reducido con el que cuenta la Policía Autonómica en la comunidad durante la última década y que deja la unidad con el 80% de los 500 agentes previstos para hacer frente al aumento de las competencias asignadas. En 2011 la plantilla de la UPA en Galicia era de 348 efectivos y los ejercicios anteriores se situaba en 370 (2010) y 372 (2009).

Lejos de las cifras con las que se cerró el año de la pandemia, están los efectivos con que se operaba entre los años 2012, 2013 y 2018. Todos estos ejercicios superaron la barrera de los 400 efectivos. El máximo se alcanzó en 2013, en plena crisis derivada del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, (474 agentes), seguido de 2014 (448) y 2015 (447), según datos de la memoria de la Policía Autonómica de 2020.

Aunque el catálogo de la UPA es de 500 agentes, nunca se llegó a completar. Pese a no ser una policía autonómica como las de Cataluña o el País Vasco cada vez tiene más competencias a su cargo. Con el mismo número de agentes, los agentes de la Policía Autonómica afrontan un aumento de sus competencias, según advierten desde el cuerpo policial. Así, a las funciones en materia de seguridad, prevención e investigación de incendios, protección de víctimas de violencia de género y menores, lucha contra la caza furtiva y marisqueo ilegal, o protección del medio natural y patrimonio cultural, se suman en las actuales circunstancias derivadas del COVID, la vigilancia de las medidas de prevención de la pandemia y también en el refuerzo de la seguridad en este Xacobeo con la creación de un grupo específico de atención a los peregrinos para garantizar la seguridad en las distintas rutas del Camino de Santiago.

La UPA advierte de que su plantilla se verá “todavía más mermada” en los próximos meses y pese al aumento de las competencias asignadas”. La Xunta ha solicitado al Gobierno central la puesta en marcha de una comisaría de peregrinos en el Monte do Gozo para convertirse en la comisaría de referencia en este Xacobeo para los peregrinos que llegan a Compostela. El Ejecutivo autonómico se compromete a realizar las actuaciones necesarias para acondicionar un pabellón en esta zona y exige la implicación del Gobierno de Sánchez para poner en marcha el proyecto.

El pago de las nóminas de la Policía Autonómica en Galicia corre a cargo del Ministerio del Interior, mientras que la Xunta costea los complementos y los equipos necesarios para el desarrollo de su trabajo.

El grueso de la plantilla es personal operativo (340 efectivos, el 87% del total). El resto son jefes de equipo (21), de subgrupo y grupo —11 y 10, respectivamente—, responsables provinciales y un mando al frente de Local, Sección, Adjunto y Unidad.

De las seis demarcaciones en la comunidad, la de Santiago suma el mayor número de efectivos (170). El resto de áreas (A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra y Vigo) tienen todas en torno a 45 agentes.

A lo largo del año pasado, el equipo de la Policía Autonómica en Galicia practicó 229 detenciones/imputaciones. A la cabeza, los arrestados acusados de furtivismo: 81, el 35% del total en la comunidad. Le siguen en el ranking, los incendiarios sospechosos (56), los detenidos por infracciones en materia de seguridad (31) e implicados en casos de violencia de género (28). Con un balance inferior a estas cifras, destacan los arrestos por incumplimientos relacionados con las restricciones impuestas por el COVID (17) o infracciones protagonizadas por menores (9).