El invierno demográfico al que se enfrenta Galicia, con un saldo vegetativo (diferencia entre nacimientos y muertes) en negativo desde hace más de tres décadas, dibuja un panorama desolador. Y no solo porque la comunidad gallega pierde población (7.500 habitantes menos el último año) y vuelve a bajar de los 2,7 millones, sino porque ese envejecimiento también provoca una caída de la actividad económica y un incremento de las prestaciones sociales, sobre todo pensiones, que se han de abonar: ya suponen un 31,5% de la renta disponible.

En Galicia existe casi un centenar de concellos (95), sobre todo de las provincias de Lugo y Ourense, en los que esas prestaciones sociales son la principal fuente de ingresos de sus habitantes, aspecto muy vinculado al envejecimiento de la población. Además de las pensiones, dentro de esas prestaciones también se incluyen, aunque en menor cuantía, las aportaciones por desempleo, para sectores desfavorecidos, familias numerosas o incapacidades temporales o permanentes laborales, entre otras.

Por el contrario, la remuneración de los asalariados es la principal fuente de renta de 216 ayuntamientos gallegos (el 69%), según el informe sobre la Renta municipal de los hogares que publicó ayer el Instituto Galego de Estatística (IGE). Pese al declive demográfico de los últimos años, desde 2013 ha aumentado el número de ayuntamientos con los salarios como principal fuente de ingresos, lo que está “muy relacionado con el incremento de la actividad económica registrada en Galicia desde ese año”, según explica el IGE.

Rentas mixtas

En el periodo 2010-2018 hay cuatro municipios en los que la principal fuente de renta fueron las mixtas, es decir, la remuneración del trabajo no asalariado: Friol, A Pastoriza, Portomarín y A Illa de Arousa. Aparte, la provincia de Lugo es la que registra un mayor peso de las rentas mixtas, que supusieron un 21,2%, de la renta disponible bruta en 2018. Sin embargo, en la provincia de A Coruña destacan las rentas de la propiedad, que alcanzan el 5,5% del total.

En la mayoría de los ayuntamientos gallegos (305 de los 313), las cotizaciones sociales de los residentes son inferiores a las prestaciones sociales percibidas. En toda la comunidad, las cotizaciones pagadas cubren el 66,6% de las prestaciones que reciben los gallegos. Solo en ocho ayuntamientos, siete de ellos de la provincia de A Coruña (Ames, Arteixo, Brión, Cambre, Culleredo, Oleiros y Oroso), y uno en la de Pontevedra (Salceda de Caselas) son mayores las cotizaciones sociales pagadas que las prestaciones sociales recibidas por los residentes.

En 2018, las prestaciones sociales supusieron el 31,5% de la renta disponible bruta total de Galicia. Por municipios, este peso es desigual, ya que en los más envejecidos —los de Ourense y Lugo— las prestaciones pueden ser más del 40% de la renta, mientras en otros, como Ames, Arteixo, Brión, Cambre, Culleredo, Oleiros, Oroso, Teo y Salceda de Caselas, no superan el 25%.

En seis comarcas gallegas, la principal fuente de renta son las prestaciones sociales. Es el caso de Os Ancares, A Fonsagrada, Quiroga, Baixa Limia, Terra de Caldelas y Terra de Celanova. En estas comarcas, la masa salarial es inferior al volumen de prestaciones recibidas lo que implica que las cotizaciones pagadas por sus habitantes no llegan a superar en ningún caso el 40% de las prestaciones recibidas. Más de un tercio de la población de estas ocho comarcas supera los 65 años, según los Indicadores demográficos del IGE.

Por comarcas, las de A Coruña y Santiago son las que presentan una mayor renta bruta por habitante y las únicas que superan los 17.000 euros.

A Coruña, a la cabeza

Por provincias, también A Coruña se sitúa en cabeza en la comunidad gallega con una mayor renta disponible bruta, con 15.970 euros por habitante en el año 2018. Le sigue Pontevedra, con 14.722 euros; Lugo con 14.444 y, por último, la provincia de Ourense que tiene la menor renta por habitante, con 14.076 euros. En las cuatro provincias la renta subió con respeto al año 2017.

La renta gallega se incrementó un 3,64% en un año, ya que en 2017 era de 14.600 euros. Si se compara con 2014 el crecimiento ha sido del 13,3% (1.785 euros más en ese periodo).

Las siete ciudades concentran el 42% de la renta

Algo más de un tercio (36%) de los gallegos vive en las siete grandes ciudades, que además son los siete ayuntamientos más poblados, lo que tiene influencia, según el IGE, sobre el reparto de la renta municipal, no solo por la relación entre el número de habitantes y la renta total de un municipio, sino porque también da la idea de la concentración de las actividades productivas, generadoras de renta y empleo, que actúan como elemento de fijación de la población. De hecho, la renta total de los residentes en los concellos de A Coruña y Vigo supone el 23% del total de la renta gallega (y el 19,6% de la población). A Coruña lidera la clasificación por ciudades, seguida de Santiago, Ourense, Lugo, Pontevedra, Vigo y Ferrol. Oleiros vuelve a ser un año más el municipio gallego que tiene una mayor renta disponible por habitante, con 22.959 euros, lo que supone un 51,7% más que la renta media gallega, situada en 15.132 euros. Otros seis municipios tienen una renta media por habitante que supera en 15 puntos o más la media gallega. Son A Coruña (18.934 euros), Santiago (18.615) y Bergondo (18.134), en la provincia coruñesa; Nigrán (Pontevedra), con 17.782 euros; Ourense (17.664) y As Pontes de García Rodríguez, con 17.569 euros. Los ayuntamientos de Teo (17.141 euros), Lugo (16.933) y Pontevedra (16.881) completan los diez concellos con más renta por habitante.