Cuatro años después de que entrase en vigor el decreto que regula las viviendas de uso turístico en Galicia, la oferta de pisos vacacionales ya supera la de camas hoteleras. El vicepresidente de Aviturga, el coruñés Rafael Serrano, augura un buen verano para el colectivo, que ya empezó con pre-reservas en diciembre y muchos propietarios ya tienen gran parte de la temporada estival ocupada. Los alojamientos estrella: las casas con piscina y jardín. Los precios, según asegura, pese a que en algunos puntos turísticos alcanzan los 3.000 euros la quincena, son aptos para todos los bolsillos: “Nadie se queda sin vacaciones en Galicia, hay viviendas turísticas por 300 euros la semana”.

Con la digitalización y la aparición de plataformas internacionales, reconoce que hay más competencia. “Eso es bueno”, asegura. “Cuando sepamos trabajar juntos y el sector turístico trabaje como uno solo, seremos imparables como destino”, apela Serrano, al tiempo que advierte de que las administraciones les falta “ambición” para unir el sector y mejorar la marca Galicia.

Este mes se cumplen cuatro años del decreto que regula los pisos turísticos en Galicia. ¿Qué balance hace de este recorrido?

Muy positivo, tanto por parte del propietario como del huésped. En la actualidad hay casi 12.300 viviendas de uso turístico en Galicia. En 2020, en plena pandemia, se incrementaron un 20%. En esa época Aviturga firmó un acuerdo con Turismo de Galicia para lanzar la página www.legaliciate.gal, que ha permitido a muchos propietarios, que no habían regularizado su actividad, darse de alta. Esta colaboración ha sido la única de una asociación de propietarios y una administración para apoyar la regularización de viviendas turísticas a nivel estatal.

¿Se debería corregir algún artículo del decreto?

Por supuesto, todas las normativas son mejorables. Por ejemplo, deberían clarificarse las competencias entre la Administración autonómica y las corporaciones locales para evitar la indefensión de los propietarios que tienen regularizadas sus viviendas de uso turístico a nivel autonómico y la inseguridad jurídica que provocan nuevas normativas que se contradicen entre sí

¿Cómo valora la gestión de las administraciones con el sector turístico? Sus fallos y sus aciertos.

Acertaron con las ayudas, apostando por la formación y la digitalización, etc. Y en promocionar Galicia como un destino seguro, verde, singular, tranquilo, rural... Pero echamos en falta más ambición para aprovechar el momento para unificar criterios y unir al sector cerrando filas con el objetivo de mejorar nuestro posicionamiento como destino y mejorar la imagen de marca de Galicia como el destino de primer nivel que somos.

¿Se han sentido como la cabeza de turco del sector, en el punto de mira de las administraciones, tras la aprobación del decreto?

Hay que recordar que el turismo llegó a nuestro país gracias a la visión de muchos propietarios que comenzaron a alquilar sus viviendas en la costa en los años 60 y 70. Eran los comienzos del turismo masivo en los que era común pasar una quincena en la costa con la familia en un apartamento alquilado. Está claro que el concepto ha cambiado totalmente desde entonces, la digitalización y la aparición de plataformas internacionales de comercialización. Ahora la competencia es global, el competidor no es solo el alojamiento de la calle de al lado, los alojamientos se comparan con el último en la que se alojó el huésped, que pudo ser en otra ciudad de España, de Europa, América. La competencia es positiva, nos obliga a mejorar a todos. A nivel sector, creemos que cuando sepamos trabajar juntos y el sector trabaje como uno solo, seremos imparables como destino turístico.

Con la pandemia, ¿ha habido una estampida del régimen del alquiler tradicional al vacacional, por su mayor rentabilidad y las garantías de pago?

Las viviendas de uso turístico tienen una rentabilidad diferente a las de alquiler tradicional, pero también un sistema de gestión más complejo. La problemática del alquiler tradicional es completamente distinta a la del alquiler turístico, la progresiva reducción del stock de viviendas de alquiler, consideramos, está más relacionada con la inseguridad jurídica que perciben algunos propietarios, la precariedad laboral, la menor construcción de vivienda nueva (y sus altos precios) o la falta de vivienda de promoción pública, que ha incrementado el porcentaje de población que opta por el alquiler en lugar de la compra.

Un año después de la pandemia, ¿cómo afrontan este verano?

El año pasado Galicia se identificó como un destino seguro. Las previsiones para este verano confirman la tendencia, las pre-reservas comenzaron en diciembre y muchos propietarios tienen gran parte de la temporada estival ya reservada. Las casas con jardín y piscina tanto en costa como en interior tienen ya una ocupación prevista cercana al 100%. También detectamos que el teletrabajo es un nuevo motivo para reservar una vivienda turística. La estancia pasó de una media de 5 días en 2019 a 10-15 días. Ya hacía muchos años que no teníamos peticiones de reservas de un mes como estamos teniendo este año.

¿Qué perfil?

Este año principalmente será nacional y familiar. Estamos detectando que muchas reservas familiares tienen como objetivo disfrutar de las vacaciones juntando a las tres generaciones, abuelos, primos, nietos, que tienen ganas de convivir tras este último año tan duro. Por otra parte, están moviéndose las primeras reservas de turistas internacionales que anticipan la apertura de fronteras en verano y no quieren arriesgarse a quedarse sin una buena ubicación.

¿Y los precios? ¿Se han disparado con tanta demanda?

Nadie se queda sin vacaciones en Galicia por un tema económico. Hay viviendas en prácticamente todos los ayuntamientos de Galicia adaptadas a todos los bolsillos, desde 300 euros por semana. Obviamente, en el precio influye mucho la localización, el tipo de vivienda, la capacidad, los detalles, etc que hacen que la demanda quede insatisfecha en zonas muy turísticas, en las quincenas centrales del verano y se tensionen puntualmente los precios.

¿Qué tipo de vivienda es la más demanda con la pandemia?

Viviendas independientes con un buen jardín y piscina y las casas rurales. Son los alojamientos estrella de las vacaciones post-COVID por la independencia que ofrecen a los usuarios que no tienen que compartir zonas comunes y, además, que les permiten tanto cocinar como ofrecen zonas de estar en las que disfrutar sin los requisitos de mascarilla que se exigen todavía en los establecimientos públicos.

Con los espacios comunes de los establecimientos hoteleros, poco se puede hacer ante los turistas para temerosos al contagio y eso repercutirá en su ocupación.

Este año ya es completamente distinto al año pasado. El año pasado los requisitos de higiene eran la variable más importante para ofrecer seguridad a los huéspedes. A lo largo de este año una parte de la población ya estará vacunada y eso es una señal de tranquilidad a la hora de compartir espacios, pero es cierto que la demanda de alojamiento vacacional todavía busca reducir el contacto con otros huéspedes y alojamientos que tengan pocas zonas comunes. En ese aspecto, las viviendas de uso turístico tienen una ventaja temporal.

Algunos estudios apuntan que el sector del turismo no se recuperará al menos hasta 2023, ¿comparte el análisis de esas encuestas?

Para las viviendas de uso turístico la temporada pasada fue buena, pese a ser un verano que empezó tarde y acabó pronto por las sucesivas olas de la pandemia. Este año todo anticipa que va a ser mucho mejor, si bien es cierto que no todo el sector se recuperará al unísono.

¿Cuál es la oferta de pisos turísticos en la ciudad de A Coruña?

Hace unas semanas se constituyó en A Coruña el Convention Bureau, una unión público-privada para promocionar la ciudad de A Coruña, ¿Qué le opinión le merecen iniciativas de este tipo?

¿Como afectará la pandemia al turismo?

“La crisis agudizará la competencia entre destinos; A Coruña debe marcar sus estrategias”

Aviturga es la asociación que representa a los propietarios a nivel autonómico y tiene un buen número de asociados de A Coruña. La ciudad tiene 536 viviendas de uso turístico en funcionamiento, lo que significa alrededor de 2.500 plazas de alojamiento.

Valoramos muy positivamente una unión público-privada para promocionar la ciudad como destino turístico y que A Coruña sea referencia tanto para organizar congresos, atraer turismo de negocios, urbano, familiar o internacional. La única forma de conseguirlo es trabajar unidos y con vistas en el medio y largo plazo, incorporando a todos los colectivos que tienen contacto con los turistas, , por lo que debieran tenerse en cuenta las opiniones y propuestas de las viviendas de uso turístico de la ciudad, ya que sus propietarios hacen promoción de la ciudad en las plataformas de internet e incluso actúan como guías turísticos y prescriptores de actividades de los huéspedes que alojan es sus casas.

Esta crisis va a agudizar la competencia entre los diferentes destinos, que se van a intentar posicionar como ideales para las vacaciones post-COVID y, en este sentido, A Coruña debe marcar sus estrategias de promoción contando con todos los recursos turísticos de los de dispone.