Durante el año pasado se destruyeron en Galicia 15.100 puestos de trabajo. Solo en los tres primeros meses de 2021 han sido 21.100. Entre enero y diciembre del pasado ejercicio, la destrucción de empleo en las empresas privadas alcanzó los 28.900 trabajadores (78 cada día), mientras que en las administraciones públicas se crearon 13.800 (37 por jornada). De la resta entre unos y otros salen los 15.100 que perdió Galicia durante el primer año del COVID.

Pero en el primer trimestre de este ejercicio, la rebaja de las plantillas ha afectado tanto a las empresas privadas como a las públicas. Las primeras perdieron 18.000 efectivos y las segundas, 3.100. Llama la atención este último dato porque esta caída supone romper una racha de año y medio en la que el empleo público no había parado de crecer desde los 184.000 trabajadores del tercer trimestre de 2019 a los 202.500 del pasado diciembre: 18.500 empleos más en 18 meses, algo más de 1.000 cada mes. Sin embargo, la rebaja de los 3.100 del primer trimestre supone que se destruyeron 34 empleos por día en las administraciones gallegas, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).

En su momento, cuando el empleo público estuvo al alza durante el pasado año, los sindicatos achacaron el incremento al COVID, y, más que al coronavirus, al refuerzo que necesitaron la Sanidad y la Educación gallegas para hacer frente a los efectos de la pandemia. Ahora, explican la caída por el mismo motivo.

A finales de marzo trabajaban en Galicia en alguna de las administraciones (estatal, autonómica, provincial o local) 199.400 personas, frente a las 202.500 del pasado diciembre. Esta última cifra es la cuarta mayor de la historia tras los 202.700 de diciembre de 2011; los 203.600 de septiembre de 2010 y los 204.900 de marzo de 2012, récord histórico en Galicia, tras el que se produjo un ajuste en todas las administraciones que en solo 15 meses destruyeron 32.000 puestos de trabajo.

Galicia no solo rebasó en diciembre los 200.000 trabajadores públicos, alcanzó la mayor cifra en ocho años y la cuarta mayor de toda su historia, también fue la única comunidad que había enlazado seis trimestres seguidos de crecimiento del empleo público. Ninguna otra se acercaba a esa marca, que acaba de romper ahora.

En el año y medio al alza que enlazó, los trabajadores de la Xunta, el Estado, las diputaciones y los concellos se incrementaron casi un 10% al pasar de los 184.900 a los 202.500.

Durante el pasado ejercicio, las incorporaciones se produjeron en los últimos tres trimestres. En el primero, la contratación fue casi plana (200 personas más), pero en el segundo, con el estado de alarma y la primera ola en pleno apogeo, alcanzaron las 3.200 para sumar 5.500 más en el tercero. En el cuarto, con la apertura de las escuelas (fue necesario contratar profesores de apoyo) y el final de la segunda ola y la llegada de la tercera (se necesitó más personal sanitario), los trabajadores públicos se incrementaron en otros 4.900 más.

En solo doce meses (junio de 2018-junio de 2019) las administraciones públicas en Galicia destruyeron casi 10.000 puestos de trabajo. Durante este recorte, los grandes damnificados fueron dos. Por una parte, los que tenían un contrato fijo que protagonizaron todo el descenso del empleo público. Y por otra, los hombres, que absorbieron el 98,9% de los puestos de trabajo perdidos.

El año pasado, la recuperación también tuvo dos protagonistas. Por un lado, los varones, que aglutinaron dos tercios de las incorporaciones que se produjeron, y, por otro, los contratos temporales, que supusieron también dos tercios de los 13.800 nuevos.

Durante el prime trimestre de este año, las incorporaciones de mujeres ascendieron a 600, mientras que las bajas de hombre fueron 3.700 (de la resta entre una y otra salen los 3.100 puestos de trabajo que se destruyeron entre enero y marzo).

Tras las 5.100 incorporaciones de mujeres de 2020 y las 600 del primer trimestre de 2021, el total de las que trabajan en las administraciones gallegas alcanza las 118.200. Es la cifra más alta de la historia. Por el contrario, los 84.800 hombres que había en diciembre fue el máximo desde 2012.

Más mujeres que hombres

La diferencia entre hombres y mujeres llega a los 37.100, muy cerca del récord de 38.100 de septiembre de 2019. En los últimos 20 años, solo en el segundo semestre de 2014 había más varones que mujeres trabajando en las administraciones gallegas. Desde 2013, la diferencia entre ambos sexos no ha hecho más que aumentar.

El otro protagonista de la radiografía de la Encuesta de Población Activa en las administraciones públicas son los contratos temporales. En 2020, se incrementaron en 9.500. Dos de cada tres nuevas incorporaciones tuvieron este tipo de contrato. En el primer trimestre la situación ha empeorado. Los indefinidos disminuyeron en 2.400. El 77% de los 3.100 que se perdieron.

El empleo público en la comunidad pierde calidad. Por primera vez en la última década, el porcentaje de contratos temporales en los organismos gallegos alcanza el 28,6%. Administraciones y sindicatos habían llegado a un acuerdo para reducir la tasa de temporalidad al 7%, un objetivo que, según los sindicatos, no se va a cumplir porque el Gobierno central sigue sin eliminar la tasa de reposición y porque el repunte de empleo público del año pasado, que achacan al COVID, es temporal.