Desde la madrugada del 13 de mayo, la provincia de Ourense ha sufrido una continua sucesión de terremotos localizados en el municipio de Laza —la gran mayoría— y en zonas colindantes, como Sarreaus y Vilar de Barrio. Desde la noche del martes hasta el mediodía de ayer se registraron 21 sismos, el mayor de ellos de escala 3,4 en Laza, el quinto de los que han superado la magnitud 3 estos días, y que se percibió en varios municipios de la provincia. Si al listado se suma un temblor de 2 que tuvo lugar el día 13 en A Veiga y otro de 2,5 en Nogueira de Ramuín el pasado domingo a medianoche, el número de terremotos detectados en la provincia desde hace una semana ascendía ayer a 56. De ellos, 46 tuvieron su epicentro en Laza, un municipio de 1.200 habitantes donde esta agitación coincide con el cierre perimetral a consecuencia del COVID.

“El suelo se estremecía, se sintió movimiento y ruido como un camión pasando, pero duró solo un par de segundos”. Rocío, carnicera en Laza de 36 años, percibió el terremoto de ayer y también uno de los de la pasada semana. Otro de los importantes la pilló durmiendo y no se enteró. “La gente está preocupada porque son muchos en muy poco tiempo, pero no sabemos qué podrá pasar”, declaraba ayer a este diario.

“Estamos acostumbrados. La gente ya se ha habituado”, consideraba por su parte el alcalde, José Ramón Barreal. Desde las 22.00 horas del martes a las 13.05 de ayer, en Laza se registraron un total de 17 terremotos, dos de ellos por encima de la magnitud 3. En esa franja hubo otros tres seísmos esa noche en Vilar de Barrio y Sarreaus —entre 1,5 y 1,8— y otro a mediodía en Vilar de 2,4. “Son tan seguidos... de unos se enteran los vecinos y otros no, unos son más pequeños y otros más grandes... Se viven con cierta normalidad, parece que uno ya se acostumbra”, relataba ayer. A pesar de la frecuencia de esta serie de temblores, el movimiento no ha causado daños personales ni estructurales en viviendas o vías.

Lorena, trabajadora del GES de Laza, estaba de servicio ayer por la tarde. “Hay quienes sí están preocupados de que esto pueda ir a más. La gente siente uno puntual y muchos no. Los mayores recuerdan un caso hace años que se sintiera mucho, mientras que los de estos días duran unos segundos”, dice

El enjambre sísmico de Laza supera ya en número al que se registró en la comarca de Celanova en el verano de 2019, cuando hubo 37 en 40 días. Cinco de los temblores registrados hasta ayer, en solo una semana, superaron la magnitud 5, con máximos de 3,4 en tres ocasiones: el 14, el 15 de mayo y ayer mismo, en Laza. Hubo otro de 3,2 en este municipio, la madrugada del martes al miércoles, y uno de 3,3 en Sarreaus la mañana del día 18. “En el rural, las cuestiones de riesgo se viven con otra tranquilidad, cualquier problema en un entorno urbano enseguida genera gran alarma. La misma situación en el rural se toma con más naturalidad”, sostiene Barreal. Su homólogo en Sarreaus, Gumersindo Lamas, indica que los vecinos de su concello también “están tranquilos y no hay preocupación. No hay un sentimiento de alarma”.