Una unidad del tren Avril, de las 30 cuya fabricación y mantenimiento durante tres décadas adjudicó Renfe a Talgo para su circulación en España y Francia, ha superado los 360 kilómetros por hora, la velocidad necesaria para su posterior puesta en servicio en los próximos meses. Este tren es el único de alta velocidad que puede cambiar el ancho de los ejes de forma automática, por lo que puede adaptarse a la línea ferroviaria de Galicia: de alta velocidad en ancho ibérico.

Con solo un reducido equipo a bordo, la velocidad punta se ha alcanzado en un tramo de la nueva línea ferroviaria Madrid-Burgos, entre la localidad palentina de Venta de Baños y la ciudad de Burgos, infraestructura que está aún en pruebas y cerrada al tráfico de viajeros.

Este tipo de tren resuelve en el corto plazo un horizonte de explotación y de inversiones a largo plazo necesariamente complejo como el que se plantea en algunos destinos como Asturias o el País Vasco, pero en particular en Galicia, cuya red ferroviaria interior de altas prestaciones se mantendrá durante largo tiempo y, a diferencia del resto de España, en ancho de vía ibérico, informa Efe.