Audasa tendrá que hacer este año un desembolso extraordinario en la mejora de la seguridad la AP-9, tal y como le acaba de requerir el Ministerio de Transportes tras los resultados de la inspección técnica realizada en la autopista en los últimos cuatro meses para evaluar el estado de deterioro de la vía de pago.

Cada año, la concesionaria de la Autopista del Atlántico se deja entre 11 y 12 millones de euros en la conservación de la infraestructura, pero este año tendrá que elevar su gasto para mejorar el firme en el tramo de Ferrol, actualizar la señalización, repintar marcas y sustituir barreras y anclajes dañados y defectuosos, limpiar los arcenes o reparar los fallos en la iluminación, entre otras actuaciones recogidas en la auditoría realizada por una consultora externa por encargo del departamento que dirige Ábalos tras los informes técnicos publicados por este periódico que advertían del mal estado de conservación de la infraestructura.

Subsanar las deficiencias detectadas en la AP-9 supondrá un aumento del presupuesto destinado a mantenimiento este año de casi un 30%. El gasto total de las obras extra tendrá que acometer Audasa alcanza los 3,44 millones, de los que el 89% —3,1 millones— serán para actuaciones que deberán estar concluidas este año, entre ellas la mejora del firme del vial a Ferrol para eliminar el escalón en sus arcenes, así como mejorar el asfaltado en los accesos a la autopista. Esta obra, que se llevará la partida más elevada (2,1 millones), comenzará en julio.

Ante los informes oficiales que alertaban de “fallos de seguridad” en la AP-9, Audasa se defendió el pasado mes de enero alegando que la infraestructura se consolidaba como una “de las más seguras” de España y que, además, su peaje —que este año experimentó un alza por cuarto año consecutivo en contra de la bajada generalizada en el conjunto del país— era un 0,7% inferior a la media nacional.

Tras confirmar que la concesionario acometerá las obras referidas en el peritaje a partir del próximo mes, el entorno de la concesionaria defendió los niveles de seguridad de la AP-9, como así “avalan” —apuntaron— los datos de siniestralidad y accidentalidad: 4,42 accidentes con víctimas por cada 400 millones de usuarios por kilómetro y 0,13 fallecidos. “La AP-9 tiene unos índices de seguridad de sobresaliente, estas mejoras son para matrícula”, destacaron ayer a este periódico fuentes próximas a Audasa.