La presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), Teresa López, estará hoy a las 18.30 horas en la Fundación Paideia dentro del ciclo Hacia una nueva ruralidad. Su objetivo es ayudar a que las mujeres conviertan sus ideas en negocio sin tener que abandonar los pueblos.

En Fademur defienden que buena parte del problema de la despoblación es porque no se han atendido las demandas de las mujeres.

El problema de la despoblación viene porque primero los pueblos se masculinizan, envejecen y al final desaparecen. Y se masculinizan porque las mujeres encuentran demasiadas dificultades a la hora de poner en marcha su proyecto de vida en los pueblos.

¿Cuáles son esas dificultades?

Las principales dificultades que encuentran son la incorporación al mercado laboral ya sea por cuenta ajena o por cuenta propia. Tener autonomía e independencia económica es fundamental y en el mundo rural en ocasiones se encuentran con demasiadas dificultades. Los trabajos por cuenta ajena son escasos, y por cuenta propia es complicado emprender en el mundo rural. A pesar de que hay muchas emprendedoras que son muy tenaces y muy luchadoras hay que enfrentarse a obstáculos derivados de la normativa, de la burocracia o de las dificultades para conseguir financiación con las entidades financieras.

¿Qué tal con los bancos?

La financiación es otro de los aspectos críticos. El acceso a la financiación es muy complicado. La financiación de las entidades financieras tradicionales tiene una brecha de género. Eso lo decimos nosotras por nuestra experiencia y también lo dice el Banco de España. Uno de sus estudios asegura que las entidades tienen un sesgo de género a la hora de financiar los emprendimientos de las mujeres a pesar de que somos mejores pagadoras.

Y luego está que las mujeres se quedan al cargo del cuidado de los familiares.

Que las mujeres se tengan que ocupar prácticamente de todo lo relacionado con los cuidados hace que muchas tengan que optar entre su vida propia y renunciar a sus perspectivas personales para ocuparse de su familia o decidir empezar una vida nueva en un lugar donde todo sea más sencillo y puedan tener esa independencia económica y unos servicios que faciliten la vida de la familia.

Asegura que la clave está en enfocar el futuro de la despoblación en el rural con una perspectiva de género. ¿Cómo se hace?

Escuchando a las mujeres y poniendo en marcha medidas que den respuesta a todos esos problemas que he mencionado antes como eliminar esas trabas normativas que en muchas ocasiones es porque no tienen en cuenta la perspectiva rural.

¿Qué falta en el medio rural para que la gente no se marche?

Garantizar los servicios y garantizar la conectividad. Una familia no se va a quedar a vivir en un pueblo si no tiene escuela para los hijos o no hay una sanidad accesible. Hay servicios que se prestan con protocolos de los años 80. Si en el siglo XXI tenemos un robot en Marte que nos manda imágenes, deberíamos poder utilizar la tecnología para garantizar la prestación de servicios independientemente del lugar en el que estés.

En la Encuesta de la Población Activa del primer trimestre hay 6.200 mujeres gallegas menos trabajando en la agricultura que hace solo cuatro años, un 20% menos. Ahí hay un problema.

En la agricultura hay más problemas y en Galicia aún más. Hay una brecha que en el caso de Galicia está creciendo. Teníamos una población muy equilibrada entre mujeres y hombres en la agricultura. Algo llamativo a nivel nacional. Y en los últimos años hay una diferencia que ese está agrandando. Tenemos que facilitar que la agricultura y la ganadería sean oportunidades para las mujeres y creemos que la nueva PAC puede ser un punto de inflexión que facilite la incorporación de las mujeres, sobre todo, jóvenes, ya que ha incluido la perspectiva de género como un elemento fundamental.

Para terminar, ¿cómo ve el futuro de la España despoblada, de la Galicia despoblada? ¿Hay que ser positivos?

Nosotras creemos que tenemos que ser positivas. Las batallas que no se dan son la que no se ganan. Estamos poniendo todo el empeño en dar esa batalla por el futuro del mundo rural, entre otras cosas porque el rural tendrá futuro si las mujeres nos quedamos. Las prioridades que ponemos sobre la mesa son claves para que ese futuro exista. Hay un diagnóstico muy consensuado de lo que hay que hacer, y ahora lo tenemos que aprovechar porque la pandemia es una tragedia, pero tenemos la oportunidad con el plan de reconstrucción.

¿Qué representan los fondos de la Unión Europea para el rural?

Tenemos que echar el resto para que esas ayudas consigan cambiar el rural, consiga transformarlo y convertirlo en un lugar de oportunidades en el que la gente que está se pueda quedar, que es lo más importante, que la gente que quiera regresar pueda hacerlo y que vengan nuevos pobladores, pero sobre todo quienes están se puedan quedar.

“Las mujeres del rural emprenden más que en las ciudades por obligación”

¿La mujer es más emprendedora en el rural que en las ciudades?

En el rural emprende más.

¿La razón?

Por obligación. Hay menos posibilidades de encontrar trabajo por cuenta ajena. Si quieres tener independencia económica la opción es emprender. Y demuestran muchísimo interés y mucha capacidad para detectar esas oportunidades que hay en el mercado.

Fademur cuenta con Ruraltivity, una lanzadera de proyectos de emprendimiento rurales.

Es una red de iguales en la que te encuentras con mujeres que han recorrido todo el camino o que lo han recorrido con las que compartes inquietudes, problemas, éxitos y tropiezos para que al final todo pueda ser un poco más sencillo para las que están empezando.

Ahora, mucha gente se pregunta si la pandemia puede ser una oportunidad para mudarse al mundo rural.

Lo que percibimos desde Fademur es que se habla mucho y quizá no se haga tanto. Es probable que esté más en el discurso que en la acción, pero sí hay gente que se está mudando a zonas en las que tienen los servicios garantizados y esa facilidad para las comunicaciones y la conectividad.