El presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, erigió ayer su gestión, con el foco en la “deuda cero” y la transparencia, en su motivo de máximo “orgullo” desde que tomó las riendas de la institución provincial, al tiempo que relativizó el contenido del informe del Consello de Contas que ve “defectos graves” en la contabilidad del órgano provincial correspondiente a 2018.

Baltar destaca que este informe, que también incide en el elevado porcentaje de subvenciones nominativas y contratos directos que se concedieron en la Diputación, “como todo informe no es nada más que eso y admite alegaciones”, como las que hizo la institución. Al tiempo, proclama la “legalidad absoluta” de todas las actuaciones y que ninguna tuvo “reparos” de la Intervención u otro servicio de la administración.

“Nunca tuve que ir a un pleno y levantar un reparo”, sentenció en una entrevista a Europa Press, antes de reivindicar la labor que hace “el personal de la casa”. “Creo en los profesionales de la casa”, ha recalcado, antes de lamentar que, cuando alguno de sus rivales políticos “habla y ataca” lo que hace es cuestionar a “unos funcionarios con habilitación nacional que trabajan aquí”. “ “Yo me limito a gestionar. Los resultados están ahí y la legalidad es absoluta. Otros se dedicarán a hacer barullo con esto”, cuestionó.

Acerca de si, en todo caso, prepara algún plan para reducir ayudas nominativas o contratos directos, replicó que este tipo de vías se utilizan en “todas” las administraciones, desde la autonómica a la central. La diferencia, según alegó, es que la Diputación ourensana es “tan transparente y abierta” que da a conocer los datos, mientras que de otras, aunque se quisiera fiscalizar, “no habría esa opción”.