No basta con un panel luminoso o un cartel junto a la autovía, autopista o carretera secundaria que avisa de la proximidad de un radar. Son muchos los conductores que se ponen al volante ajenos a los límites de velocidad, incluso cuando se trata de un trayecto ya conocido y se sabe de la cercanía del control de velocidad en ese punto. Galicia es una de las comunidades marcadas en rojo en los mapas de la DGT por pisar más de la cuenta el acelerador, tal y como revelan las infracciones detectadas por los cinemómetros ubicados en la red viaria de la comunidad, que se encuentran entre los que más flashes disparan de todo el país.

En la lista de los 50 radares fijos de Tráfico que en 2020 detectaron más incumplimientos de los límites hay cinco en Galicia. Es decir, uno de cada diez aparatos de control de velocidad que más sancionan en España están en las carreteras gallegas, con el situado en la AC-11 en el km 3, a su paso por Palavea, a la cabeza del ranking autonómico y en el puesto 16 de la tabla nacional, según un informe publicado por el colectivo Automovilistas Europeos Asociados (AEA).

En estos primeros puestos hay otros cuatro medidores de velocidad ubicados en Galicia: en la A-8 en el punto kilométrico 545, en Mondoñedo, en el puesto 27 de España; en la A-55 punto km 9, en Vigo (puesto 30) y en esa misma vía en el km 11, en Mos (33) y en la A-52 en el kilómetros 282, cerca de la localidad pontevedresa de As Neves (44).

Se trata de tramos que fueron identificados como puntos negros debido a su alta accidentalidad, por lo que la DGT decidió instalar los aparatos de control de velocidad para reducir la siniestralidad y la gravedad de las colisiones o salidas de vía en esas carreteras. Desde que se colocaron, el objetivo se ha logrado, tal y como destacan desde Tráfico y así lo reflejan las estadísticas.

En el caso de la AC-11, la curva de Palavea soportó durante años un gran número de accidentes con heridos graves y fallecidos, con un elevado número de vehículos que se salían de la calzada, colisionaban y ardían, algunos con el conductor dentro. Ante la elevada peligrosidad en la zona también se puso un muro de hormigón para los peatones.

La lista de los 50 radares fijos que más infracciones de velocidad detectaron el año pasado en España suman casi el 40% del total —en concreto, 941.061—. A lo largo de 2020, los casi mil aparatos de control de velocidad de la DGT formularon más de 2,4 millones de denuncias, un 17,46% menos que el ejercicio anterior (2,94 millones), según datos recogidos en el estudio de AEA. Un descenso en el conjunto del país que viene marcado por las limitaciones a la movilidad impuestas por el estallido de la pandemia, que provocaron una reducción de los desplazamientos por carretera del 25%.

Al contrario de lo que ocurre en el conjunto del país, donde los radares con más actividad registraron menos denuncias que un año atrás, en Galicia —con la excepción del situado en la A-52, en las proximidades de As Neves— se notificaron más sanciones que en 2019. En el caso del cinemómetro de la Autovía de la Rías Baixas se produjo un descenso del 30%, al pasar de casi 15.900 a 11.000. En el extremo opuesto está la A-55 en el punto kilométrico 11, en Mos, donde se multiplicaron por cinco las denuncias interpuestas: 13.329 el año pasado frente a las 2.725 del ejercicio anterior. En esta misma vía, a su paso por Vigo, el radar también sumó más infracciones: un 65% más (más de 14.000 en 2020 frente a casi 8.500 un año atrás). Y con más del doble de infractores interceptados destaca la AC-11, en Palavea, que pasó de poco más de 7.500 en 2019 a más de 19.300 el año pasado. Y el radar colocado en la A-8 disparó más de 14.000 flashes cuando el ejercicio anterior no registró ninguno por no estar operativo.

Detrás de este balance de los dispositivos en la comunidad gallega, según destaca Mario Arnaldo, presidente de AEA, está la revisión a la que deben ser sometidos periódicamente y, en consecuencia, no estuvieron operativos durante un tiempo, de ahí que en la mayoría se disparasen las sanciones.

De la lista de los 50 cinemómetros fijos con más multas en España, salieron de la lista en 2020 dos ubicados en Galicia: el de la

AG-55 a su paso por Arteixo y el de la N-550, en Redondela.

A la cabeza de los radares de la DGT que más infracciones detectaron el año pasado se coloca el situado en la A-7 de Málaga, en el km 246, que acumuló 48.771 denuncias frente a las 13.927 sanciones de 2019.

Ante el balance del año pasado, Arnaldo advierte de que “la DGT debería replantearse su política de radares, ya que no se está consiguiendo el objetivo de evitar los excesos de velocidad, ni los accidentes, convirtiendo los radares en meros instrumentos de recaudación”.

Más de 400 ‘flashes’ cada día en la red viaria gallega en el año COVID, un 21% más

Los radares fijos ubicados en la comunidad tuvieron más actividad en el año COVID. Un total de 152.945 infracciones de exceso de velocidad fueron detectadas por los aparatos de la DGT en la comunidad, lo que supone una media de más de 400 cada día y casi un 21% más que el ejercicio anterior.

Entonces fueron notificadas 126.704 denuncias por pisar más de la cuenta, según datos de Automovilistas Europeos Asociados. De las cuatro provincias, las carreteras de Pontevedra concentran el mayor número de multas de radares fijos: casi 59.600, un 22% más que el ejercicio anterior y cerca del 40% del total en la comunidad.

Le siguen en al ranking, las infracciones detectas en A Coruña: 43.451, un 4,3% más que las 41.672 de un año atrás. Es Lugo la provincia gallega donde más se dispararon los flashes en el año de la pandemia, con un 67%: pasó de más de casi 22.000 a más de 36.000. Lejos de estas cifras, cierra la tabla de sanciones de velocidad interceptadas por los radares de la DGT la provincia de Ourense, la única que registra un descenso: casi 13.700 en 2020 cuando el año anterior se había superado las 14.600. A las casi 153.000 multas de los radares fijos, hay que sumar 20.706 de los aparatos móviles con parada y 117.511, sin parada. En total, 291.162 sanciones por exceso de velocidad en las carreteras gallegas.