El mercado inmobiliario en Galicia retrata una actividad a dos velocidades. Los polos de atracción para la inversión son las ciudades y sus cinturones metropolitanos, con Oleiros y Sanxenxo erigidos como las Marbellas gallegas con solares urbanizables que cotizan cada vez más al alza. La otra cara del sector la protagonizan los pequeños y medianos concellos, con las provincias de Ourense y Lugo junto con el interior de A Coruña y Pontevedra marcadas en rojo, con operaciones de compraventa residuales. Estos municipios —200 de los 313 de la comunidad— solo captan una de cada diez ventas de viviendas en Galicia. Y en un total de 42 concellos —todos de las provincias de Ourense y Lugo— no ha habido ni una sola venta en el sector en todo 2020. “Son la cara y la cruz del mercado inmobiliario gallego”, advierte el presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobilarias, Benito Fegein. Son precisamente los ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes —el 83% del conjunto autonómico— los que concentran la mayoría de viviendas vacías en Galicia: el 60%.

La creciente demanda de pisos y casas en las urbes y los ayuntamientos limítrofes, donde la oferta es cada vez más reducida y, en consecuencia, los precios continúan en aumento mes tras mes, contrasta con las escasas e incluso nulas operaciones en los municipios de la Galicia vaciada, pero también en villas y ayuntamientos de tamaño medio. Una situación que lleva a dejar cada vez más viviendas vacías en esas áreas con escaso tirón. El mapa de los pisos y casas sin inquilino en Galicia da cuenta de ese mercado inmobiliario a dos velocidades. De los ya más de 330.000 inmuebles residenciales desocupados en la comunidad, casi 200.000 se ubican en ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes, según datos de la patronal inmobiliaria. Es decir, 260 municipios gallegos concentran seis de cada diez pisos y casas vacías.

La radiografía del parque de viviendas vacías a día de hoy refleja la sangría demográfica que asola a un territorio cada vez más envejecido y que pese al impulso de medidas fiscales desde la Xunta no se ha logrado el objetivo de revitalizar el rural captando a población debido a la falta de empleo con el que dinamizar los pequeños ayuntamientos. Galicia es la comunidad con el mayor porcentaje de casas y pisos desocupados: casi dos de cada diez no tienen morador alguno (18,6%), cinco puntos por encima de la media nacional.

Desde el sector inmobiliario advierten de que el interior de la Galicia vaciada lo será más aún en esta década en Ourense y Lugo, ya que se prevé el mayor abandono de tierras de cultivo.

“El abandono del rural, junto con el desmantelamiento de los servicios en esos ayuntamientos, las características topográficas, el minifundismo y la falta de empleo y expectativas en el rural son el caldo de cultivo que presagia la desertización del territorio”, augura el presidente de Fegein. Esta radiografía se traduce en un “lastre” para el avance del rural gallego y de la economía de las provincias de Ourense y de Lugo y también del interior de las de A Coruña y de Pontevedra, ya que muchas de esas pequeñas parcelas están abandonadas desde hace años y se hace difícil incluso localizar a sus propietarios “para darles un uso adecuado”.

¿Las consecuencias? Una Galicia de dos velocidades en el mercado de la vivienda y en el circuito de comercialización de los locales comerciales. En el caso de las ventas de pisos y casas, la comercialización en 200 ayuntamientos —el 64% del conjunto autonómico— solo representa el 12% del total de las operaciones cerradas. Y en un total de 42 municipios —29 de Ourense y 13 del sur de Lugo— no se vendió ni una sola vivienda en 2020. En cuanto a los bajos comerciales, la demanda en 260 de los 313 ayuntamientos representa únicamente el 18%.

En la otra cara del mapa inmobiliario están los ejes urbanos de A Coruña y Vigo, con una demanda cada vez más fuerte con unos precios que ante la escasa oferta van cada vez más al alza. Un total de 38 concellos —las ciudades y su entorno— capitalizan la práctica totalidad de las operaciones con un tirón de la demanda de pisos nuevos por encima del 5%.

La patronal inmobiliaria hace un llamamiento a las distintas administraciones para que impulsen políticas que contribuyan a asentar población en las áreas con menos oferta y demanda por la falta de oportunidades laborales y también de servicios. “La Galicia vaciada, sin empleos, con servicios precarios, comunicaciones deficientes y sin oficinas bancarias en muchas localidades, pierde atractivo para fijar población. Eso va en detrimento de las propiedades, que ni encuentran comprador ni inquilino que las quiera ocupar”, lamenta Benito Iglesias.

El doble impacto del cierre de oficinas bancarias

El cierre de oficinas bancarias ha contribuido a aumentar los locales con el cartel de Se alquila. La reconversión del sector llevó a la desaparición de más de 1.300 sucursales en la comunidad durante la última década, más de un 50% del total de la red. Este balance dejó a 45 ayuntamientos sin atención financiera a sus vecinos y otros 118 con tan solo una oficina bancaria. El goteo de cierres de sucursales tendrá un doble impacto, según empresarios inmobiliarios.

Y es que una oficina bancaria es un servicio público y con su cierre desaparece también una parte de la actividad económica. Cuando se va a cobrar la pensión, ese desplazamiento conlleva gastos en compras para la casa. “Eso, añadido, a los trámites online por los que apuesta la banca deja desamparados a la población de avanzada edad desconocedora del mundo digital y también a las zonas del rural a las que no llega internet o lo hace con dificultades”, lamentan desde la patronal inmobiliaria.

La cada vez más codiciada obra nueva

El alza de los precios del alquiler ha convertido la compra en la principal opción en los últimos meses. Pero el stock de viviendas nuevas ha llegado a mínimos históricos en Galicia, con apenas 20.000 inmuebles a estrenar. En la actualidad, la comunidad gallega oferta 148 promociones. Aunque esta oferta no basta para atender la lista de espera de propietarios en busca de un nuevo hogar, marca el inicio de una nueva etapa del mercado residencial en la comunidad. Estas nuevas viviendas se concentran en el eje A Coruña-Vigo, con la provincia de A Coruña a la cabeza (68 promociones, casi la mitad del conjunto autonómico).

La Xunta abre un portal web para la venta y alquiler de propiedades en la Galicia vaciada

La Consellería de Medio Ambiente se propone reactivar la Galicia vaciada con la captación de población a las zonas que llevan décadas deshabitadas y hacer del rural un lugar atractivo para los jóvenes que se han visto obligados a hacer las maletas por la falta de oportunidades laborales y la escasez de servicios para asentarse en los concellos donde nacieron sus padres o abuelos.

Para ello, el departamento que dirige Ángeles Vázquez ha lanzado una plataforma web en la que se podrán ofertar propiedades en municipios en estado de abandono, tanto para la venta como alquiler. El portal está disponible desde ayer y, por el momento, solo ofrece información de inmuebles localizados en el municipio lucense de Sober, en la Ribeira Sacra, el ayuntamiento elegido para realizar la prueba piloto de lanzamiento.

En la actualidad, Galicia suma ya casi 1.900 aldeas abandonadas y casi 10.000 de los 28.500 pueblos tienen menos de diez vecinos. En su visita a Sober para presentar la iniciativa, la conselleira de Medio Ambiente animó a los demás concellos con núcleos rurales en situación de abandono a sumarse a esta plataforma para atraer a población. Con el objetivo de extender esta herramienta digital, Vázquez firmó ayer el protocolo de colaboración con el presidente de la Fegamp, Alberto Varela; el presidente del Colexio Oficial de Administradores de Fincas de Galicia, Martín Bermúdez de la Puente; y el presidente del Colexio de Axentes da Propiedade Inmobiliaria da Coruña, Herminio Carballido. La plataforma está abierta no solo a los ayuntamientos, que pueden incorporar información sobre las zonas y lugares en situación de abandono en sus municipios, sino también a particulares que tienen inmuebles en ese tipo de núcleos para que saquen al mercado sus propiedades y a los potenciales compradores de viviendas en el rural. “El objetivo es movilizar por toda Galicia inmuebles y núcleos abandonados, total o parcialmente, para darles una segunda vida y atraer a gente a vivir en el medio rural”, animó la conselleira.